Momento clave

Para combatir el cambio climático el mundo necesita invertir más

Para combatir el cambio climático el mundo necesita invertir y los países en desarrollo son los que necesitan más ayuda. Desde la COP15, los desarrollados se comprometieron a movilizar US$ 100.000 millones anuales hacia los países en desarrollo. Pero no mantuvieron su promesa.
Paolo Rizzo 29-10-2021
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La cumbre mundial COP26 sobre el clima comenzará el domingo en Escocia. Es una asamblea crucial ya que el último informe de la Naciones Unidas advirtió que el cambio climático es más rápido de lo que se pensaba y se está intensificando. Muchos de los cambios observados en el clima no tienen precedentes en miles, sino en cientos de miles de años y algunos fenómenos, como el aumento continuo del nivel del mar, no se podrán revertir hasta dentro de varios siglos o milenios. 

Además, la asamblea de 2021 es aún más importante porque cada gobierno es llamado a presentar ambiciosos objetivos de reducción de emisiones para 2030. De hecho, cuando en 2015 se firmó el Acuerdo de París, cada país se había comprometió en establecer su objetivo de reducción de emisiones. Ese objetivo, conocido como NDC (National Determined Contribution, en inglés) se actualiza cada 5 años. O sea ahora, ya que en 2020 no hubo ninguna cumbre por la pandemia. 

Los participantes de la asamblea se reúnen entonces con cuatro retos. 

  • Primero, asegurar una neutralidad climática a para poder mantener el calentamiento global por debajo de 1,5 grados centígrados.
  • Segundo, planear una estrategia de adaptación para proteger las comunidades más afectadas.
  • Tercero, movilizar las finanzas. Para lograr los dos primeros objetivos, los países desarrollados deben cumplir su promesa de recaudar por lo menos US$ 100.000 millones en financiamiento climático por año.
  • Cuarto, trabajar juntos y fomentar la colaboración entre gobiernos, empresas y sociedad civil.

La nota positiva es que hubo algunos avances en comparación a la histórica cumbre del 2015 que terminó con la firma de los acuerdos de París. En los últimos meses, 55 países, que suman el 70% del PIB mundial, se han comprometido en lograr la neutralidad climática en las próximas décadas.  La Unión Europea, Estados Unidos y Japón lo harán antes de 2050. China y Australia, en 2060. Luego, el progreso tecnológico hizo que ahora, en algunas regiones, la energía renovable sea la más barata. 

Además, en los últimos cinco años el precio de las baterías de litio para autos eléctricos ha caído cerca de 19% anual. Merece recordar que Tesla es ahora la terminal automotriz con mayor capitalización bursátil del mundo y con un valor superior al billón de dólares. ¿Quién lo hubiese dicho seis años atrás?

Pero el desafío para la economía mundial sigue siendo inmenso. En uno de los documentos preparatorios, los líderes de distintas empresas, ONG y de las finanzas han presentado un conjunto de seis acciones para detener el cambio climático. 

  • Se necesita reducir por lo menos del 40% las emisiones de metano antes de 2030.
  • Detener la deforestación, comenzar la reforestación e incentivar otras oportunidades de secuestro de carbono.
  • Descarbonizar el sector energético y no construir más plantas de carbón.
  • Acelerar la electrificación del transporte por rutas.
  • Mejorar la eficiencia energética de sectores industriales como el acero, cemento, productos químicos, aviación y transporte marítimo.
  • Incentivar la eficiencia energética de los edificios y de sus materiales.

En pocas palabras, para combatir el cambio climático el mundo necesita invertir y los países en desarrollo son los que necesitan más ayuda. Son los que más deforestan y más plantas de carbón tienen. Además, tienen el desafío de encontrar los recursos financieros. Por esto, desde la COP15 del 2009, los países desarrollados se comprometieron a movilizar US$ 100.000 millones al año para 2020 hacia los países en desarrollo. Además, el artículo 9 del Acuerdo de París vincula a los países desarrollados a proporcionar recursos financieros a los países en desarrollo y a prestar asistencia tanto en la mitigación como en la adaptación al cambio climático. 

Pero, a pesar de no tener todavía los datos de 2020, los países desarrollados parecen no haber mantenido su promesa de transferencia de recursos. Según los últimos datos disponibles de la OCDE, en 2019 se han movilizado US$ 79.600 millones: US$ 28.800 millones en compromisos directos de financiación pública o a través de intermediarios (ONG, sociedad civil, universidades), US$ 34.100 millones a través de bancos multilaterales de desarrollo, US$ 2.600 millones en créditos a la exportación para proyectos relacionados con el clima y US$ 14.000 millones en financiamiento de fuentes privadas. Al dato negativo de 2019 hay que sumarle el efecto de la crisis del 2020 que ha reducido drásticamente el margen de maniobra de la política fiscal.

En pocas palabras, el avance tecnológico y las intenciones de lograr la neutralidad climática por la mitad de este siglo podrían no alcanzar para mantener el calentamiento global por debajo de 1,5 grados. Además, los fenómenos meteorológicos extremos de los últimos años nos avisan que el cambio climático es una realidad que golpea todo el mundo. 

Por esta razón uno de los retos de la COP26 será fomentar la colaboración entre gobiernos. Es una buena noticia saber que casi 120 líderes mundiales estarán en Glasgow y, entre ellos, Alberto Fernández, todos los líderes europeos, el presidente de la India Narendra Modi y el estadounidense Joe Biden

Sin embargo, se notarán más los líderes que no atenderán la cumbre: Xi Jinping y Vladimir Putin. Es decir que no estarán los líderes de China y Rusia, respectivamente: la primera y la cuarta nación más contaminante del mundo. Tampoco estará Jair Bolsonaro, el presidente del país al que el mundo le pide detener la deforestación de la Amazonia. 

A pesar de las ausencias y de la falta de recursos, la tarea de los poco más de 20.000 participantes a la cumbre será lograr un acuerdo entre todos los países y revertir el cambio climático. Si no se logra, el secretario general de las Naciones Unidas, António Guterres, advierte que el mundo se dirige hacia un aumento catastrófico de la temperatura global de alrededor de 2,7 grados.