La primera ministra de Italia, Giorgia Meloni, asumió este lunes "plena responsabilidad" por la decisión de imponer un impuesto bancario único.
Meloni explicó que el gravamen del 40% no tenía intención punitiva y reiteró que "lo haría de nuevo. Porque creo que se deben hacer las cosas correctas. Esta es una decisión que tomé por mi cuenta".
"Es un tema delicado y asumo toda la responsabilidad", agregó Meloni, quien el lunes pasado presentó un nuevo impuesto que apunta a un aumento en las ganancias que los bancos han derivado de tasas más altas.
"Había una situación de desequilibrio. El sistema bancario se apresuró a subir los intereses hipotecarios, pero dejó intactos los que reconocía a los ahorristas y se creó una distorsión", sentenció.
En un principio, el Tesoro de Italia informó que esperaba recaudar un poco menos de 3.000 millones de euros gracias al impuesto. Sin embargo, después se aclaró que la medida no ascendería a más del 0,1% de los activos totales de los bancos.
Así, tras el tope anunciado, el impuesto, que solo regirá durante 2023, tendría un impacto total de 1.900 millones de euros.
El Gobierno había jugado con la idea de gravar las ganancias récord de los bancos con tasas más altas, pero pareció dejarlo de lado, y la comunicación confusa de Roma sobre el tema ha causado alarma entre los inversionistas internacionales.
