Con Alberto Fernández presente, este martes se celebró en Brasil una cumbre de líderes latinoamericanos en la que el brasileño Lula da Silva fue la principal figura del evento.
El presidente de Brasil defendió una mayor integración económica, cultural y social de los países sudamericanos e insistió con que los bancos de desarrollo deben trabajar juntos para financiar el crecimiento regional.
Esta cumbre representó la primera reunión continental en casi una década por invitación de Lula, quien busca revitalizar el papel de su país en el escenario internacional tras lo que fueron varios años de aislacionismo durante la gestión de Jair Bolsonaro.
"Estamos dando los primeros pasos para retomar nuestro diálogo", dijo en el encuentro al que asistieron todos los mandatarios de la región, excepto la peruana Dina Boluarte.
Lula instó a los bancos estatales a trabajar juntos para financiar el desarrollo y dijo que la región debería reducir la dependencia de las "monedas extrarregionales" para el comercio, aunque no mencionó al dólar estadounidense.
"Debemos profundizar nuestra identidad sudamericana también en el ámbito monetario a través de mecanismos de compensación más eficientes y la creación de una unidad de referencia común para el comercio", agregó.
Además, propuso crear un mercado energético regional y sugirió acciones coordinadas para enfrentar el cambio climático: "Tenemos el mayor y más variado potencial energético del mundo (...) Somos grandes y diversos proveedores de alimentos. Tenemos más de 1/3 de las reservas de agua dulce del mundo y una biodiversidad muy rica y poco conocida".
Por otra parte, Lula apuntó contra los gobiernos más conservadores y consideró que estos interrumpieron la integración sudamericana. En la reunión también estuvo presente el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, quien se reunió con Lula el lunes en su primera visita a Brasil en ocho años para restaurar por completo las relaciones rotas por Bolsonaro.
Maduro espera que los países sudamericanos se unan para pedir a Estados Unidos que levante sus sanciones contra Venezuela.
Oliver Stuenkel, del think tank Getúlio Vargas, en San Pablo, consideró que la cercanía de Lula con Maduro era "perjudicial para la reputación internacional de Brasil".
Por su parte, fiel a su estilo, el uruguayo Luis Lacalle Pou dijo que quedó "sorprendido cuando se habló de que lo que sucede en Venezuela es una narrativa. Si hay tantos grupos en el mundo que están tratando de mediar para que la democracia sea plena en Venezuela, para que se respeten los derechos humanos, lo peor que podemos hacer es tapar el sol con un dedo".
