Mientras se celebra una nueva Asamblea General de las Naciones Unidas en Nueva York, dos actores brillan por su ausencia: los presidentes de China y Rusia, Xi Jinping y Vladimir Putin, respectivamente.
Creada en el marco de la Segunda Guerra Mundial, la ONU representaba los valores del gran vencedor de la contienda, Estados Unidos, país al que pocos se animaban a desafiar. Prueba de ello es que, poco a poco, todos los estados se fueron uniendo a la organización.
Sin embargo, en pleno siglo XXI, las tensiones entre Occidente y "el resto" están reapareciendo, y la gran señal es que, quizás a modo de protesta, Xi no se presentó en una de las grandes citas del año, al igual que en el G20 que se celebró en India.
Por su parte, Putin, quien tiene una orden de arresto internacional en su contra, tampoco concurrió a ninguna de estas dos citas, principalmente por el temor de ser detenido.
Más allá de esto, ambos están lejos de "sentirse aislados": tras participar de la cumbre de los BRICS (Putin, de forma virtual), el líder ruso confirmó que viajará a China en octubre invitado por su homólogo Xi con el objetivo de profundizar su alianza.
En este sentido, preparando el terreno para el encuentro entre los mandatarios, el ministro ruso de Desarrollo Económico mantuvo conversaciones "profundas" sobre cooperación económica con el ministro de Comercio chino en Pekín, y esto coincidió con un viaje del máximo diplomático chino, Wang Yi, a Moscú.
El ministro de Comercio chino, Wang Wentao, dijo que la cooperación económica y comercial entre China y Rusia había seguido profundizándose y volviéndose más "sólida" bajo la "orientación estratégica" de los dos jefes de Estado.
Para Rusia, severamente sancionada por invadir Ucrania, la cooperación económica con China es de vital importancia: en agosto, las importaciones chinas de productos rusos aumentaron 3% respecto al año anterior, alcanzando a US$ 11.500 millones.
Actualmente, China es el principal socio comercial de Rusia y el volumen de intercambios entre ambos llegó al récord de US$ 190.000 millones en 2022.
