Luego de haber levantado las restricciones a las que obligó el rebrote del Covid, la economía de China se está recuperando.
Los datos conocidos hoy muestran una mejora del consumo y de la producción industrial aunque también se observó un leve aumento de la tasa de desocupación.
- Las ventas minoristas crecieron 3,5% en enero y febrero frente al mismo período del año anterior. Un indicador que contrasta con la caída registrada en diciembre.
- También la producción industrial mostró un avance de 2,4% mientras que en diciembre la suba fue de 1,3% y el mismo comportamiento positivo se observó en la inversión en activos fijos que mejoró 5,5%.
- El único dato negativo es una mínima suba del desempleo que pasó de 5,5% a 5,6%.
El Gobierno tiene como objetivo que el PIB crezca en torno al 5% en 2023, luego de haberlo hecho al 3% el año pasado.
Para llegar a esa cifra, el consumo interno es el dato clave porque las exportaciones perderán dinamismo dada la desaceleración del nivel de actividad en los principales socios comerciales de China.
Esa tendencia ya se observó en el primer bimestre de 2023 con una reducción de 6,8% en las ventas al exterior en comparación con la misma etapa del año anterior.
La ventaja que tiene China es que al tener una tasa de inflación muy baja puede mantener su política de estímulos monetarios.
Aunque a niveles menores que antes de la pandemia, la economía de China crecerá este año mucho más que las del resto de los países por lo que será clave para sostener el nivel de actividad global.
Eso también implica un piso alto para el precio de las commodities de las que China es el principal consumidor.
