Mientras todos los ojos están puestos en la guerra en la Franja de Gaza, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, les pidió el miércoles a los republicanos una nueva inyección de ayuda militar para Ucrania.
El líder demócrata advirtió que una victoria de Rusia sobre Ucrania dejaría a Moscú en posición de atacar a los aliados de la OTAN y podría arrastrar a Estados Unidos a una guerra.
"Si Putin toma Ucrania, no se detendrá ahí. Putin atacará a un aliado de la OTAN y entonces tendremos algo que no buscamos y que no tenemos hoy: tropas estadounidenses luchando contra tropas rusas", explicó el mandatario.
"No podemos dejar que Putin gane", agregó Biden, intentando presionar al Capitolio para que apruebe un nuevo paquete de ayuda para Kiev.
Esta semana, la Casa Blanca había advertido que Estados Unidos se está quedando sin tiempo y dinero para ayudar a Ucrania a repeler la invasión rusa.
A mediados de noviembre, el Departamento de Defensa de EE.UU. había utilizado el 97% de los US$ 62.300 millones de financiación suplementaria que había recibido y el Departamento de Estado había utilizado la totalidad de los US$ 4.700 millones de financiación de asistencia militar que le habían asignado.
Por lo tanto, si el Congreso no proporciona nuevos fondos para comprar equipos de reemplazo, Estados Unidos, Ucrania y los fabricantes de armas podrían verse obligados a tomar otras medidas.
"Los republicanos extremistas están jugando a la gallina con nuestra seguridad nacional, manteniendo la financiación de Ucrania como rehén de una política fronteriza partidista extrema", dijo Biden más tarde, en referencia al reclamo de los republicanos de frenar la inmigración en la frontera con México.
