India y China, los dos estados más poblados del mundo, se consideran a sí mismos como países en vías de desarrollo. Por ello, comparten foros que buscan confrontar contra el dominio occidental, como es el caso del grupo BRICS.
Sin embargo, el problema es que estos dos gigantes asiáticos comparten una frontera de 3.440 kilómetros, denominada LAC (Line of Actual Control) y, como consecuencia de esto, han tenido infinidad de disputas por reclamos territoriales.
El enfrentamiento más recordado fue en 1962, cuando las tropas chinas derrotaron categóricamente al Ejército indio, siendo una humillación recordada hasta el día de hoy por la población de ese país, que acusó a Pekín de ocupar hasta 38.000 km2 de su territorio.
Pero, tras varias décadas de relativa estabilidad, en 2020 se produjo un enfrentamiento entre tropas chinas e indias en el valle de Galwan, en la región de Aksai Chin, que dejó un saldo de varios muertos.
Desde ese momento, las tensiones han ido en aumento y prueba de ello es que India está cada vez más cerca de Estados Unidos. Ambos forman parte del Diálogo de Seguridad Cuadrilateral, junto a Australia y Japón, que justamente busca frenar el avance de Pekín en la región del Indo-Pacífico.
De todas formas, en un momento en el que India enfrenta una elevada inflación y China ve cómo su recuperación económica se está frenando, ambos parecen estar de acuerdo con que es momento de reducir las tensiones.
Por ello, este marte, tras la 19ª ronda de la Reunión a Nivel de Comandantes de Cuerpos China-India, los dos países acordaron mantener la paz y la tranquilidad sobre el terreno en las áreas fronterizas.
Ambas partes tuvieron una discusión positiva, constructiva y profunda sobre la resolución de los problemas restantes a lo largo de la LAC en el sector occidental, explicó el Ministerio de Defensa chino.
Además, acordaron resolver los asuntos pendientes de "manera expedita" y mantener el impulso del diálogo y las negociaciones por la vía militar y diplomática.
