Tras varios meses de espera, este fin de semana SpaceX podrá realizar su segundo vuelo de prueba del Starship, el cohete más poderoso jamás construido.
El 20 de abril, la compañía de Elon Musk realizó el primer lanzamiento, el cual fue considerado exitoso, ya que el cohete logró despegar. Sin embargo, en esa oportunidad el Starship terminó estallando, además de que destruyó su plataforma de lanzamiento.
Por ello, la Administración Federal de Aviación de Estados Unidos (FAA) inició una investigación al respecto y le terminó exigiendo a SpaceX que realizara 63 modificaciones en el cohete para poder realizar un segundo vuelo.
Pero la buena noticia para Musk fue que esta semana la FAA le otorgó a la empresa la licencia para que ejecuten este tan esperado segundo lanzamiento de prueba desde Texas, ya que "determinó que SpaceX cumplió con todos los requisitos de seguridad, medio ambiente, políticas y responsabilidad financiera".
Por su parte, SpaceX informó que el lanzamiento podría realizarle este viernes 17, aunque finalmente lo pospuso unas 24 horas más.
Además, advirtió a los residentes de los alrededores que "podrían escuchar un ruido fuerte" durante el ascenso del cohete hacia el espacio.
Starship es más alto que la Estatua de la Libertad (120 metros) y está diseñado para ser completamente reutilizable, con capacidad para transportar unas 150 toneladas de satélites al espacio (el lanzador argentino Tronador II podría llevar hasta 750 kg).
A su vez, la NASA, que tiene un contrato de US$ 4.000 millones con SpaceX, planea utilizarlo en 2026 para llevar a la primera tripulación humana a la Luna desde 1972.
