La República de Turquía, que este año cumple 200 años, continúa sufriendo las consecuencias del histórico terremoto que la golpeó la semana pasada: el número de víctimas fatales ya asciende a más de 36.000.
Y, aunque esta cifra es la más estremecedora, las complicaciones no se terminan allí: los posibles efectos económicos del sismo podrían generar una pérdida de hasta el 1% del PIB de Turquía este año.
El Banco Europeo para la Reconstrucción y el Desarrollo detalló en un informe que esta es una "estimación razonable" debido al impulso esperado de los esfuerzos de reconstrucción a finales de este año, que compensará el impacto negativo en la infraestructura y las cadenas de suministro.
"El terremoto afectó en gran medida las áreas agrícolas y las áreas donde hay manufactura ligera, por lo que los efectos indirectos en otros sectores son limitados", agregó.
El crecimiento de Turquía, el mayor receptor de fondos del BERD, se ha revisado a la baja del 3,5% al 3% en 2023, sin tener en cuenta el impacto del terremoto en las estimaciones.
Además de Turquía, en donde este año deberían celebrarse elecciones generales, el terremoto también golpeó a Siria; allí se estima que otras 8.000 personas perdieron la vida.
El Banco también informó que la incertidumbre política asociada a los comicios y los crecientes requisitos de financiamiento externo crean importantes vulnerabilidades económicas.
