Telegram, una de las redes sociales más populares en la actualidad, ha estado en el centro de la escena esta semana luego de que su fundador, el ruso Pavel Durov, fuese arrestado en Francia.
Específicamente, Durov está siendo investigado por presunta complicidad en la gestión de una plataforma en línea que permite transacciones ilícitas, tráfico de drogas, imágenes de abuso sexual infantil y fraude.
Sin embargo, más allá de si esto derivará o no en un caso legal, la realidad es que la noticia impacto duramente en las finanzas de la empresa, ya que los tenedores de bonos de Telegram sufrieron importantes pérdidas.
E incluso, mirando a largo plazo, los problemas judiciales de Durov podrían frenar las esperanzas de Telegram de lanzar una oferta pública inicial dentro de dos años.
Según Financial Times (FT), el propio Durov dijo en marzo que estaba impulsando los planes de salida a bolsa.
Pero los expertos ahora advierten que cualquier estrategia se enfrentaría a dificultades si los anunciantes se alejan de una plataforma ahora vinculada a presunto material de abuso sexual infantil.
Telegram, con sede en Dubái, había estado intensificando los esfuerzos de monetización, introduciendo suscripciones incipientes y ofertas publicitarias en un intento por ser "autosostenible financieramente" antes de una posible cotización en el mercado de valores para 2026.
Según FT, los estados financieros de 2023 de Telegram muestran que la compañía obtuvo US$ 342 millones en ingresos, con una pérdida operativa de US$ 108 millones.
Las pérdidas totales se situaron en torno a los US$ 173 millones después de impuestos.
¿A quién le pertenece Telegram?
Actualmente, Telegram es propiedad total de Durov, quien posee una fortuna multimillonaria de criptomonedas, aunque la compañía ha recaudado alrededor de US$ 2.400 millones en financiamiento de deuda que vencerá en 2026.
Esta cifra incluye una oferta de bonos de US$ 1.000 millones en 2021 en la que los fondos estatales de Abu Dhabi estuvieron entre los inversores.
El propio Durov ha comprado unos US$ 64 millones en bonos de Telegram como parte de lo que ha descrito anteriormente como invertir "cientos de millones" en el crecimiento de la empresa.
Sin embargo, desde el arresto de Durov, el precio de los bonos ha caído casi 10 puntos porcentuales, para cotizar a alrededor de US$ 0,87 centavos.
Por ello, la gran cuestión es si los inversores comprarían una oferta pública inicial si no están seguros de la estabilidad y legitimidad de Telegram.
Y a esto se suma que a red social está estrechamente asociada con Toncoin, una criptomoneda que fue desarrollada inicialmente por el propio equipo de Telegram.
En este sentido, el año pasado las pérdidas financieras de Telegram se vieron parcialmente compensadas por una apreciación de los activos digitales que tiene en su balance, que ese año tenían un valor total de casi US$ 400 millones.
Sin embargo, los activos digitales de la empresa se han visto afectados por el arresto en Francia, y Toncoin ha caído casi un 20% tras la noticia.
