La economía de China mostró un mejor desempeño de lo esperado y alivió una de las mayores preocupaciones de la economía global.
En el tercer trimestre el PIB creció 4,9% en términos interanuales y 1,3% contra los tres meses anteriores. Se trata de un buen resultado porque la recuperación de la economía fue lenta luego de que se levantasen las medidas restrictivas para enfrentar la pandemia.
En ese resultado tuvo mucha influencia la suba de 5,5% de las ventas minoristas en septiembre, el mayor incremento desde mayo.
El objetivo del Gobierno es lograr un crecimiento en torno al 5% en 2023 y para ello necesitaría que en el último cuarto del año la expansión sea de 4,4%. El mercado considera que lo alcanzará más teniendo en cuenta que la baja tasa de inflación le da espacio a las autoridades para adoptar medidas para estimular el nivel de actividad.
La reacción inicial del mercado fue una revalorización del yuan y también de las monedas de los países cuyo desempeño económico está en gran medida atado al de de China.
Por otra parte, se informó que la producción industrial creció 4,5% en septiembre con relación al mismo mes del año anterior. La inversión en activos fijos aumentó 3,1% en los primeros nueve meses del año frente a similar periodo de 2022, pero declinó en el caso de los inmuebles.
- La tasa de desempleo se ubicó en el 5%, por debajo del 5,2% de agosto.
Que la segunda economía del mundo mantenga un buen nivel de actividad es una buena noticia porque le pone un piso al crecimiento global y sostendrá el valor de las materias primas de las que es la principal demandante. De todas maneras, los analistas coinciden en que las tasas de crecimiento de principios de siglo ya no volverán y en los próximos años la economía se expandirá en un rango de 4%/5% anual.
