El Aeropuerto Internacional de Hong Kong canceló todos los vuelos restantes por segundo día, ya que miles de manifestantes llenaron el área de salida durante el arranque de los vuelos operativos.
Los activistas desafiaron las amenazas de China y a la líder de la ciudad, Carrie Lam, para avanzar con un quinto día de manifestaciones en el aeropuerto. La policía paramilitar china se estaba reuniendo al otro lado de la frontera en Shenzhen, una medida que algunos ven como una amenaza para los manifestantes.
Lam dijo que Hong Kong se dirigía hacia "un camino sin retorno", con "actividades que violan la ley en nombre de la libertad" dañando el estado de derecho.
"Tómese un minuto para pensar, mire nuestra ciudad, nuestra casa, ¿realmente quieren verla empujada al abismo?", dijo Lam en una conferencia de prensa.
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Las protestas en el aeropuerto marcan la mayor interrupción hasta la fecha para la economía del territorio controlado por China desde que comenzaron las protestas en junio.
El caos producido ayer, llevó al gobierno chino a afirmar que el levantamiento de la ex colonia británica contiene "brotes de terrorismo", lo que aumenta los temores de que China pueda usar ese lenguaje para justificar una respuesta dura o cargos severos para los detenidos.
La interrupción en el aeropuerto, uno de los más activos del mundo, con alrededor de 1.100 vuelos diarios en unos 200 destinos, se produjo después de que la policía antidisturbios usara gases lacrimógenos contra manifestantes en un décimo fin de semana consecutivo de protestas.
El lunes, las autoridades aeroportuarias cancelaron todas las salidas de vuelos restantes después de que miles de manifestantes llenaron la terminal principal y las salidas de colectivos, trenes y taxis.
Lam defendió a la policía en medio de reclamos de por haber aplicado mano dura.
