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Tensiones e internas

Riesgo de badén: flotará sólo lo indispensable

A pesar de la presión del kirchnerismo, Guzmán se mantiene por la tranquila coyuntura cambiaria y porque es vital para la primera auditoría del FMI

Guzmán y Kulfas, dos ministros en la mira del kirchnerismo
Guzmán y Kulfas, dos ministros en la mira del kirchnerismo
Luis Varela 10 abril de 2022

Escondiendo la basura debajo de la alfombra (tomando una deuda gigantesca, tanto de parte del Tesoro como de parte del Banco Central), el presidente Alberto Fernández finalmente firmó un compromiso que estará bajo examen dentro de siete semanas por la primera auditoría del FMI.

A través de su ministro de Economía, Martín Guzmán, el Presidente se comprometió a emitir menos, achicar el rojo fiscal, llevar el tipo de cambio oficial en línea con la inflación y ajustar las tarifas públicas para achicar los subsidios.

Esos cuatro requisitos, esenciales para poner la macroeconomía en orden, eluden el default con el Fondo pero determinan un ajuste que significará un impacto de corto plazo pero incalculables beneficios de mediano y largo plazo. El corto plazo plantea que quien lo aplique puede perder la próxima elección presidencial, ya que la puesta en línea de todas las variables generará un mayor impacto inflacionario inmediato. Y frente a esa realidad, toda el ala kirchnerista de la coalición oficial se bajó de esa decisión, tanto que en este momento se ha convertido en el principal espacio opositor del Gobierno.

Este miércoles a las 16 horas el Indec dará a conocer el IPC de marzo. La mayor parte de las consultoras lo ubican en la zona del 5,7% mensual. Con una rara anticipación (ya que generalmente presentan los índices casi el mismo día, el Departamento de Estadística de la Ciudad de Buenos Aires calculó una inflación de 5,9% en marzo, 14,6% en el trimestre y 54% en los últimos doce meses). Veremos qué anuncia el Indec, pero si se confirma el 54%, Alberto tendrá la mayor variación anual de todo su mandato, habiendo acordado con el FMI desanclar el dólar y las tarifas, que habían evitado hasta ahora que la inflación se espiralice aún más.

Más movilizaciones

Justo el día en el que se difundirá la temperatura inflacionaria, con gran apoyo (o impulso) de Máximo Kirchner (y por supuesto la venia de su madre) los piqueteros de izquierda se volverán a movilizar contra el Gobierno, sin definir por ahora si la movida vendrá con otro acampe. Esta movilización está absolutamente en línea con el discurso que dio Cristina en Plaza de Mayo, llamando a la gente a "salir a las calles si nos quieren obligar a hacer otro ajuste". 

Y hay más: hay decenas de rumores, con presión de Cristina y toda su gente para que Guzmán sea volado de su cargo. 

Hay inclusive nombres para reemplazar a Guzmán, pero Alberto lo sostiene. Sabe que si Guzmán es corrido, no se aprobará la auditoría del FMI, se caerá el acuerdo, no habrá dólares para el BCRA, el país entrará en default con el organismo, y detrás caerá el crédito de todas las entidades multilaterales que por estatuto no pueden prestar si un país no cumple con el FMI, como el Banco Mundial, el BID, el Club de París, y otros más, que son los que abastecen de fondos frescos a las provincias. En suma, si Alberto entregara a Guzmán, sería un gesto de debilidad. 

¿Qué sostiene a Guzmán en el cargo? Hay varios factores que frenan la embestida kirchnerista:

  1. El primero y principal fue la llegada de dólares frescos del FMI, que hipotéticamente seguirán siendo provistos en la medida que se vayan aprobando las auditorías trimestrales (mayo, agosto, noviembre, febrero, mayo...) hasta que las PASO de 2023 configuren cuál podrá ser el Gobierno que asuma el 10 de diciembre del próximo año.
  2. La coyuntural gran tranquilidad del dólar: en las últimas diez semanas (desde el 27 de enero, momento en el que se dudó que finalmente habría acuerdo con el FMI) el contado con liquidación cayó 22%, de $244 a $190, el dólar MEP cedió casi 15%, de $224 a $191, y el dólar blue se achicó 11%, de $222 a $197. 
  3. La notable fortaleza de la cotización internacional y local de los granos, con el inicio de la liquidación de cosecha gruesa, algo que le está permitiendo al Banco Central entregar algunos dólares a la industrias importadoras de insumos, sin que la autoridad monetaria haya logrado juntar ni un dólar de reservas. Es más, excluyendo el dinero que entregó el FMI, del 27 de enero a esta parte Reconquista 266 lleva perdido US$ 694 millones.
  4. Hay inversores altamente especulativos que comienzan a estimar que el kirchnerismo va entrando en un callejón sin salida (algo que quedó a la luz cuando Cristina giró en una baldosa y comenzó a sonreírle al embajador de EE.UU., sin decir ni "mu" cuando se condenó a Putin por derechos humanos en Ucrania, con media base kirchnerista trinando. Eso les plantea la gran chance de que el FdT se divida y pierda en 2023, de ahí que las acciones argentinas estén muy firmes, con una suba del 12% en dólares, encabezando la suba de las bolsas latinoamericanas, mientras Wall Street, las bolsas europeas y asiáticas se van desgranando.
  5. La Reserva Federal de EE.UU. empezó a apretar la tuerca: de comprar US$ 120.000 millones por mes en bonos, pasa a vender US$ 95.000 millones al mes, ya subió la tasa corta 0,25% y promete hacer tres subas más de 0,5 punto, y si es necesario llegar a fin de año con una tasa del 3% anual. Eso provocó una caída en picada de todos los bonos mundiales (los inversores cambiaron de posición), subió la base global que forma el denominado índice cero (que es la tasa norteamericana) y como los bonos locales se mantuvieron sin cambios la tasa de riesgo país argentina cayó nada menos que 273 unidades, de 1.977 a 1.704 puntos básicos.

Explicaciones para el dólar

Cuando los inversores les preguntan a los analistas qué está pasando, esencialmente, ¿por qué baja tanto el dólar? 

La respuesta tiene tres costados. 

Por un lado resaltan que todas las monedas del mundo están perdiendo valor frente a las cosas, el dólar pierde, pero hay otras monedas que pierden más, como el yen, la libra, el euro y el franco suizo, todas bajan. 

Por otra parte, en un mercado donde todos los pesos sobrantes son chupados por el BCRA en leliq, las empresas tienen que vender dólares para conseguir pesos para pagar bienes personales y otros gastos. Y en tercera instancia, en un mercado argentino ínfimo, entran algunos inversores altamente especulativos que calculan que el dólar estará tranquilo un tiempo, por lo que entran y en una movida denominada carry trade se colocan en valores ajustables por inflación, que están rindiendo 12% en dólares en operaciones cortas, una ganancia tremenda.

"¿Qué hago, me monto yo también al carry trade?", preguntan los inversores con algún conocimiento financiero. Y la respuesta que obtienen es contundente: "la parte gruesa de esa movida ya pasó, puede durar más, quizás algunas semanas, hasta cien días incluso, pero tiene fecha de vencimiento, y el que no se baje a tiempo de ese tren terminará perdiendo plata. Ya que la cosecha gruesa se termina de cobrar en julio. Y hay dos grandes dudas, que Alberto apruebe las auditorías del FMI y que Guzmán siga consiguiendo financiamiento en pesos en el mercado local".

¿Por qué se duda en ser aprobados por el FMI? Simple: No hay emisión directa, pero hay emisión blue porque están convirtiendo Leliq en Bonos o Letras del Tesoro. Hay devaluación más rápida, de casi 3% mensual, pero con una inflación que viaja a casi el doble de velocidad. Hay tasas más altas, pero siguen siendo negativas, sobre todo considerando que sobre el 100% de los plazos fijos, 6% son ajustables por CER y 94% son colocaciones a menos de cuarenta  días de plazo, por lo que la tasa efectiva anual que tanto promociona el BCRA es una fantasía en el aire. 

Confianza oficial con el Fondo

Alberto y Guzmán, sin embargo, calculan que las auditorías del FMI no serán estrictas. Así como el país no tuvo que pagar el último vencimiento el 22 de marzo sino que se realizó bastante después, piensan que le aflojarán algo poco las exigencias, un poco por el caos financiero internacional (por Ucrania) y otro poco porque el FMI no quiere quedar como acusado de desplazar del poder al gobierno kirchnerista, que ya no lo es tanto.

El impacto del acuerdo con el FMI sobre el sector privado
Guzmán es clave para el acuerdo con el FMI

Sin embargo, con Guzmán pendiendo de un hilo, un gran riesgo es que el mercado deje de abastecerlo con pesos en la gigantesca deuda que está tomando, la mayor parte ajustada por inflación. Este mismo martes (un día antes de la marcha en contra del ajuste del FMI) Guzmán sale a colocar más deuda y hace un canje: ofrecerá Lelites, Ledes, Lepase, un bono Badlar, un bono Boncer, una canasta de Boncer y hará otro canje para sacarse de encime el bono dollar-linked TV22D.

Esta situación interna tan delicada viene acompañada por el desequilibrio global. Mientras en Argentina en dólar estuvo frenado (en la última semana el blue bajó 1,5%, pero el CCL subió 0,3% y el MEP avanzó 0,7%), el dólar global estuvo decididamente en alza: en la semana en el exterior el dólar subió 4% en Chile, 1,6% contra el euro, 1,5% contra el yen, 1% en Brasil, 1% contra el franco suizo, 0,6% contra la libra, y sólo no cambió contra el yuan. Fue porque la tasa de los bonos largos de EE.UU. subió hasta 2,7% anual en todos los plazos, desde 5 hasta 30 años.

Con esa competencia, y con la promesa de que Powell sacará dólares del mercado y subirá las tasas cortas, hubo fuerte retroceso semanal en casi todas las Bolsas: el Nasdaq cayó 3,9%, México declinó 3,4%, San Pablo bajó 2,7%, Tokio 2,5%, Frankfurt 1,1% y el Dow Jones de Wall Street retrocedió apenas 0,3%. 

¿Cuál es la lectura? El mercado global entrará por la invasión de Rusia a Ucrania en una desaceleración, que puede convertirse en estanflación, o incluso en recesión, como ya se sufre en Japón. Por eso la recomendación central de los principales bancos de inversión es bien clara: "en la ruta que tenemos por delante viene un badén, hay que colocarse en empresas que vendan cosas esenciales, que no se pueden evitar, por lo que con suerte flotará únicamente lo indispensable". 

¿Qué pasará con Argentina con ese badén externo? Los productores locales se apuran por vender todo lo que pueden ahora, porque temen que con la estanflación internacional los commodities retrocedan. El petróleo ya bajó de US$ 125 a US$ 97, y piensan que puede ir todavía más abajo. Y detrás de una baja del crudo pueden retroceder los metales y hasta los granos. 

De acá a julio el BCRA tendrá los dólares de las retenciones de la cosecha gruesa, pero se le irán los dólares que se gasten en energía. Por eso, mientras el Presidente anunciaba el acuerdo con Bolivia (del que no conocía ni el volumen ni el precio), Guzmán estaba en Brasil, haciendo un acuerdo para que nos manden energía eléctrica, ya que gracias a las últimas lluvias sus embalses se llenaron y su energía hidroeléctrica resucitó.

O sea, si la presión de las calles no provoca un efecto secundario inesperado, Guzmán tiene como hipótesis cien días de condiciones manejables para controlar al dólar, y convencer a los del FMI que vamos en buen camino. Detrás de eso, Alberto seguirá presionando con su misma impronta: revalúo inmobiliario, todo el apriete que se pueda vía retenciones, tratar de que Cristina vuelva a hablarle. Y, como siempre sucede, luego llegará la repetida historia argentina del segundo semestre. El año pasado, luego de caer de $195 a $139, el dólar después subió de $139 a $222. 

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