Dos muy buenas noticias permitieron que setiembre siga cerrando el mes con pax cambiaria casi absoluta: un importante crecimiento de los fondos que se están blanqueando y la recuperación del precio de la soja, principal producto de exportación argentina. Sin embargo, tras los récords marcados el viernes pasado, los bonos argentinos siguen estancados, el riesgo país no se movió y, con incertidumbre bursátil global, la Bolsa de Buenos Aires y los ADR argentinos en Nueva York fueron los valores que más sufrieron en todo el espectro.
El dinero del blanqueo ya crece en US$ 6.200 millones en lo que va del mes, y puede llegar a superar con creces los US$ 30.000 millones esperados inicialmente por el Gobierno (sobre todo ahora que el Ejecutivo acaba de confirmar que habrá prórroga, no terminará el lunes, y obligarán a los bancos a recibir todo tipo de dólares, con sanciones a las entidades que tengan denuncias de rechazo de billetes cara chica o deteriorados). Todo eso provocó un verdadero salto en las reservas del BCRA, ya que crecieron en casi US$ 600 millones, a pesar de que la autoridad monetaria tuvo que vender algunos dólares en el mercado. Pero la duda que generó el aviso de canje de deuda en dólares para enfrentar los gruesos vencimientos que tiene el país en 2025, más la compleja licitación de deuda en pesos que se realiza este jueves, mantienen a los títulos argentinos en zona de duda.
Sucede que en 2025 hay que pagar deuda en dólares por nada menos que US$ 20.000 millones y este jueves vencen bonos en pesos por $ 7,1 billones, que medidos en dólares libres significan un equivalente a US$ 5.800 millones. Y semejante suma, además, viene con una preocupación: en el llamado a licitación de la semana pasada hubo un vencimiento similar y el nivel de oferta se acercó a la suma que se demandaba, pero no llegó, cuando en los llamados anteriores las ofertas superaban con amplitud (por más del 30%) a los vencimientos que iban llegando. En el último llamado, además, la Secretaría de Finanzas, para tomar todo lo que podía, se vio obligada a aumentar el premio de tasa de las Lecap, ya que pagó 3,75% mensual. Y con esto, la gran pregunta es: ¿Tendrá que pagar el Gobierno otra vez una tasa de Lecap tan alta, con dólares estancados, lo cual significa una tasa en dólares muy costosa?
Y lo paradójico de toda esta situación es que las dudas que hay en los inversores locales también existen en los inversores internacionales, aunque por otras razones. Está, por supuesto, la mecha cada vez más encendida en la guerra ya declarada en Medio Oriente. Y, sobre todo, el mercado norteamericano está a menos de seis semanas de la elección presidencial, con dos candidatos que no convencen a casi nadie. Así, luego de la gruesa baja de tasas decidida la semana pasada por la Fed, y a la espera de la próxima reunión de noviembre, esta vez repuntaron las tasas largas de EE.UU.: se pagó 3,9% anual a 1 año de plazo, 3,5% anual a 5 años, 3,8% anual a 10 años y 4,1% anual a 30 años. Y con eso en el exterior el dólar recuperó parte de lo perdido en las últimas dos semanas, ya que subió 1,7% en México, 1,2% en Japón, 0,8% contra la libra, 0,5% contra el euro, 0,4% en Brasil, 0,3% en Chile y no cambió en China.
A nivel local, con más reservas y mejor valor para la soja, el mercado cambiario local estuvo con un dólar exportador a $ 1.048,24, con un BCRA que se vio obligado a vender US$ 30 millones en el mercado, pero al final del día (gracias al blanqueo), las reservas de Reconquista 266 crecieron en nada menos que US$ 595 millones. Con eso, el dólar blue bajó $5 hasta $1.240, al tiempo que el Senebi saltó $10,55 hasta $1.234,48, el MEP subió $7,35 hasta $1.209,48 y el contado con liquidación subió $5,62 hasta $1.228,84. Por lo que la brecha entre el oficial y el blue fue del 24% y la del CCL con el mayorista se ubicó en 27%.
A lo largo de todo el día los operadores estuvieron estudiando qué hacer con la licitación que realizará Finanzas este jueves. La cuenta es compleja, ya que se ve una inflación de setiembre que puede estar en la zona del 3,5%, por lo que si las Lecap pagan 3,7% o 3,8%, sin dudas será mejor colocar fondos a tasa y no en valores atados a la inflación. Y se ofrece un amplio menú en el que entran Lecap, Bontes y Boncer. En detalle, en el llamado se ofrecerá:
- Una letra del Tesoro nacional capitalizable en pesos con vencimiento 31 de octubre de 2024 (s31o4 - nueva).
- Una letra del Tesoro nacional capitalizable en pesos con vencimiento 31 de enero de 2025 (s31e5 - reapertura).
- Una letra del Tesoro nacional capitalizable en pesos con vencimiento 14 de febrero de 2025 (s14f5 - reapertura).
- Una letra del Tesoro nacional capitalizable en pesos con vencimiento 14 de marzo de 2025 (s14m5 - reapertura).
- Una letra del Tesoro nacional capitalizable en pesos con vencimiento 28 de abril de 2025 (s28a5 - nueva),
- Una letra del Tesoro nacional capitalizable en pesos con vencimiento 30 de mayo de 2025 (s30y5 - nueva).
- Una letra del Tesoro nacional capitalizable en pesos con vencimiento 31 de julio de 2025 (s31l5 - nueva).
- Una letra del Tesoro nacional capitalizable en pesos con vencimiento 30 de septiembre de 2025 (s30s5 - nueva)
- Un bono del Tesoro nacional en pesos con vencimiento 23 de agosto de 2025 (tg25 - reapertura).
- Un bono del Tesoro nacional en pesos cero cupón con ajuste por CER vencimiento 15 de diciembre de 2025 (tzxd5 - reapertura).
- Un bono del Tesoro nacional en pesos cero cupón con ajuste por CER vencimiento 15 de diciembre de 2026 (tzxd6 - reapertura).
Y semejante grilla llegó a entusiasmar en un principio a los inversores, pero como a lo largo del día el interés fue bajando, al principio hubo una mejora con un riesgo de 1.280 puntos básicos, pero al final de día, con poco volumen final operado, los bonos argentinos subieron apenas 0,2%, por lo que el riesgo país se mantuvo sin cambios respecto del cierre del martes, es decir en 1.303 puntos básicos.
En cuanto a papeles privados, mirando las muecas que van haciendo Trump y Harris, hubo finalmente cierre mixto en la Bolsa de Nueva York, ya que el Dow bajó 0,7%, el S&P achicó 0,2% y el Nasdaq subió 0,1%. En tanto que hubo baja del 0,4% en la Bolsa de San Pablo y caída del 1% en la de México.
Pero lo peor de todo el espectro estuvo en el mercado bursátil local. Con $47.460 millones operados en acciones y $38.898 millones en Cedears, la Bolsa de Buenos Aires bajó 1,6%. Mientras que los ADR argentinos mostraron una inquietante baja en bloque del 1% al 4,5% para Supervielle, Francés, Bioceres, Macro, Edenor, Despegar, Galicia, TGS, IRSA, Telecom, YPF y Pampa E, o sea con los bancos sobresaliendo entre los más afectados (con un rumor de que tras el blanqueo se les colocará a las entidades un bono a más de un año y medio en dólares, para captar todo el dinero que se haya blanqueado).
Más allá de todas esas variables, mientras el Indec, Fiel y otras consultoras miden la marcha del consumo, del PIB y demás variables con varias semanas de retraso, las commodities están mostrando que a nivel contado hay una gran inquietud, sin saberse muy bien hacia dónde van las variables. Se anotó, por ejemplo, una caída del 2,6% para el petróleo, hasta el menor valor de lo que va del año, poniendo en riesgo el potencial de Vaca Muerta. Hubo además un freno para los metales preciosos, con los metales básicos mixtos. En Chicago, tanto el trigo como la soja y el maíz volvieron a estar bien para arriba. En Rosario hubo avances para el girasol y la soja, pero mal día para el maíz y el trigo. Y lo también decepcionante del día estuvo en el mundo cripto, con baja del 1,6% para el Bitcoin, con descensos de hasta el 3% para el resto de los valores del panel.
Por las consultas que se van haciendo en los bancos, la cantidad de dólares blanqueados cada día van superando los US$ 1.000 millones diarios: el Banco Nación ya confirmó que tiene abiertas 10.000 cuentas CERA con proyecciones de llegar a 15.000, por lo que por ese costado el viento es completamente a favor. Será decisivo lo que pase con la licitación de este jueves, saber de qué tamaño será la oferta y sobre todo cuál deberá ser la tasa de interés de las Lecaps para poder captar todo el dinero que vence, incluso en un mercado encepado, que tiene una gigantesca cantidad de capitales cautivos.
