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"La maniobra sobre el dólar ahorro es insostenible"

Según Leandro Fisanotti, podrían irse por este motivo más de US$ 7.000 M

07 agosto de 2015

(Entrevista a Leandro Fisanotti, Lic. en Administración y Mg. en Finanzas)

La demanda de dólar ahorro viene rompiendo récords en el último tiempo y se sigue acelerando en agosto. ¿A qué responde este fenómeno?

En los primeros tres días hábiles de agosto se vendieron en la modalidad “dólar ahorro” un total de US$ 276 M, es decir, un 28% más que el monto de ventas de los primeros tres días hábiles de julio, que fue el récord. La demanda se eleva por una serie de factores fundamentales que apuntan a reforzar expectativas de que eventualmente se dé un ajuste en el tipo de cambio. Esto se debe tanto a factores internos (principalmente) y externos, como la devaluación que experimentaron los socios comerciales de la Argentina, principalmente Brasil.

¿Cuáles son esos factores locales?

En lo que hace a lo interno, la elevada emisión monetaria (la base monetaria se mantiene sobre los 520.000 millones de pesos y consolida la fuerte suba que tuvo en julio), la expansión del gasto público y las perspectivas de un incremento en el déficit fiscal a valores máximos en casi 30 años. Adicionalmente, la elevada inflación (por sobre las tasas de devaluación que se convalidaron) hace pensar que para sostener la actividad en las economías regionales debe darse una corrección cambiaria. En ese sentido, si se prevé que puede haber un ajuste en el tipo de cambio, los actores de la economía se protegen dolarizando las posiciones. El incremento en la brecha hace atractivo que incluso quienes no tienen excedentes para dolarizar, compren y luego vendan en el mercado informal.

¿Cuánto influye la incertidumbre electoral?

Es imposible cuantificarlo. En mi opinión, actúa como un catalizador de los factores fundamentales que llevan a la dolarización de las carteras. En principio, lo que el mercado percibe es la inconsistencia en las políticas económicas que llevan a un debilitamiento de la moneda local. El contexto de

incertidumbre actúa motorizando las decisiones. La disparada reciente en el dólar blue se activó a partir del resultado de la segunda vuelta en las elecciones de la Ciudad de Buenos Aires, pero responde también a un deterioro en las variables que se remonta muchos meses atrás.

¿Qué sectores son los que tienen acceso y se están volcando hacia la compra de dólares?

El grueso de las operaciones son personas en relación de dependencia (95% de las operaciones). Si bien el ingreso mínimo para acceder a la compra de dólar ahorro es del doble del Salario Mínimo Vital y Móvil, el ticket de venta promedio en julio fue de US$ 690, que implica un ingreso promedio de $ 31.408 aproximadamente. De eso podemos desprender que la mayor parte de las ventas de dólar ahorro corresponden a compradores que están entre los mayores niveles de ingresos. Si bien la mediana de ingreso está en valores cercanos al monto mínimo (o sea, cerca de la mitad de los trabajadores registrados accede a algún nivel de autorización), la mayor parte de las ventas (en monto) es para empleados con ingresos del 25% superior en la escala. Por otro lado, un dato curioso fue la llamativa aceleración de la tendencia en la participación de los empleados públicos durante julio, que creció más fuerte que las compras de los privados. En julio, 4 de cada 10 dólares que compraron los asalariados fueron por parte de empleados públicos de los distintos niveles,

que aunque en parte debe explicarse por incrementos salariales, es imposible determinar el motivo del incremento con precisión.

¿Es efectiva la apertura del grifo teniendo en cuenta que el principal objetivo ?que se reduzca la brecha- no se está cumpliendo y que para colmo, ya se perdieron más de US$ 3.700 M en lo que va del año por venta de 'dólar ahorro'?

Hacia septiembre del año pasado se incrementó la oferta de dólar ahorro y esto actuó moderando la presión sobre la brecha que retornó hasta junio a niveles del 40% y que pareciera ser un nivel de confort. Al mantener abastecida la plaza, reduce presión sobre la brecha cambiaria y modula expectativas. Una suba en la brecha tiene un impacto negativo en la confianza de los consumidores y retrae consumo y a su vez retroalimenta la demanda de dólares para cubrir posiciones en moneda local. El problema pasa porque ahora la maniobra se percibe insostenible ya que la demanda supera los excedentes por cuenta comercial. Tal como están las condiciones, probablemente el mercado se lleve toda la oferta que se ponga. Cuanto mayor sea la expectativa de que no se sostenga la oferta (por ejemplo cuando existen rumores de discontinuación), más se demanda. No se percibe como un escenario favorable llegar a las elecciones con elevada presión sobre el paralelo.

Si uno ve el gráfico de la relación entre la brecha cambiaria y la demanda de dólares, se ve cierta volatilidad en esa vinculación. ¿Qué lectura hace de esa relación?

En relación a la volatilidad que aparece en la brecha, creo que lo más destacable es la incidencia que el volumen de ventas de dólar ahorro tuvo sobre la tendencia. Tras la disparada que tuvo entre agosto y septiembre de 2014 volvió a los niveles anteriores, en torno al 40%, con un pequeño salto estacional en enero. Una nueva suba en las ventas podría tener un efecto similar, pero deja un umbral de ventas mensuales muy alto para el segundo semestre. De mantenerse un crecimiento tendríamos que pensar en cerrar el año con ventas por sobre los US$ 7.000 M (más de lo que debe pagarse por el vencimiento del Boden 2015, para plantear una comparación, y mucho más del superávit comercial). De no haber un ingreso de dólares por cuenta financiera, el costo en términos de reservas parece bastante alto.

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