La actividad industrial bajó 6,9% en junio frente a igual mes del 2018 y la construcción, 11,8%. Ambas acumularon un descenso de 9,4% en el primer semestre, según los informes que presentó ayer el Indec.
En la comparación mensual contra mayo, la actividad fabril cayó 1,8% mientras que la construcción retrocedió 4,2%, revirtiendo las variaciones levemente positivas de mayo.
IPI manufacturero
Tras la doble caída, el IPI manufacturero vuelve a la zona negativa tras haber avanzado 0,6% en mayo y 2,3% en abril (ambos en clave mensual).
En la comparación interanual de junio, la división alimentos y bebidas registró un aumento de 1,3% (impulsada por la mayor molienda de oleaginosas); junto con la refinación del petróleo, coque y combustible nuclear exhibió una suba de 2,8% (por el efecto Vaca Muerta).
El resto de los bloques disminuyeron. Producción de tabaco, 3,4%; productos textiles, 18,5%; prendas de vestir, cuero y calzado, 10,2%; madera, papel, edición e impresión, 3,2%; sustancias y productos químicos, 10,5%; productos de caucho y plástico, 6,2%; productos minerales no metálicos, 8,2%; industrias metálicas básicas, 4,6%; productos de metal, 11,8%; maquinaria y equipo, 9,1%; otros equipos, aparatos e instrumentos, 8,8%; vehículos automotores, carrocerías, remolques y autopartes se desplomó 28,7%, junto con otro equipo de transporte, 32,2% y, por último, muebles y colchones, y otras industrias manufactureras mostró una caída de 15,3%.
“Estos datos evidencian una actividad aún deprimida y que no logra repuntar. Si bien el cierre de paritarias y algunas medidas del Gobierno para estimular el consumo apuntaban a mejorar el indicador, lo cierto es que el mercado interno aún sigue deprimido y con tasas de interés que dificultan al tejido industrial la posibilidad de hacer frente a los costos de financiamiento”, explicaron desde LCG.
“En la medida en que el mercado interno mejore marginalmente debido a la desaceleración de precios y mejoras salariales, las ventas industriales podrían verse algo beneficiadas en los próximos meses. Por el lado de la demanda externa, Brasil no traccionará fuertemente en 2019, debido a un menor crecimiento al esperado. Este mercado importante para las exportaciones argentinas ya no resulta prometedor y no será un escape posible para las ventas industriales”, agregaron.
El ISAC
En junio, el Indicador Sintético de la Actividad de la Construcción mostró una caída de 11,8% respecto a igual mes del año anterior. La medición desestacionalizada registró una baja de 4,2% respecto a mayo (revirtiendo la mejora de 2,3% que tuvo ese mes contra abril). A la vez, la superficie a construir autorizada registró una baja de 13,7% con relación al mes anterior, aunque mostró un alza interanual de 21,7%.
En su análisis, LCG destacó: “Con este dato, el sector retrocede a niveles de fines de 2016. La preocupa, pero no sorprende si se considera la reducción en gastos de capital que está llevando el Gobierno hace varios meses. Debido al saneamiento fiscal, no se espera una reactivación desde el sector público durante el año actual, incluso a pesar de ser electoral”.
El futuro
Tanto la actividad de la industria como la de la construcción mantendrán estos resultados magros. “En un contexto de incertidumbre política, tasas muy elevadas, escaso acceso al crédito y precios aún en niveles altos es muy difícil que podamos observar una reactivación importante. Durante los próximos meses, sin embargo, se podrá evidenciar una desaceleración en las caídas interanuales en línea con menores bases de comparación.”, opinaron desde LCG.
