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El mercado espera una inflación similar a la de 2018 (con dólar anclado y tarifas pisadas)

A pesar de registrar una pequeña desaceleración, la inflación de julio no logró perforar el piso del 3%. Además, en los primeros siete meses del año, acumuló la meta que se puso el Gobierno para 2021.

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13 agosto de 2021

La pequeña victoria nominal que planeaba el Gobierno para la inflación de julio no pudo concretarse. Ayer, el Indec anunció que los precios subieron 3% el mes pasado. El Gobierno esperaba que el número, el último en informarse antes de las PASO, diera menos de 3%, el piso demasiado alto que el IPC no logra romper hace 10 meses.

Para peor, el Indec confirmó lo que ya se sabía: que la meta de Martín Guzmán pecó de optimista. En 7 meses, la inflación acumuló 29,1%. En los últimos 12, nada menos que 51,8%. Con el dólar oficial anestesiado, acuerdos de precios y los regulados pisados, la inflación sigue firme y plantea interrogantes poselectorales, cuando el Gobierno deba acelerar la devaluación y habilitar ciertos ajustes en regulados. En el marco de un programa con el FMI, los temores no son menores. ¿Cuál será el ancla?

Mientras tanto, el Gobierno va alternando excusas. Con los precios de las commodities más chatas, hay que adaptar la narración. “Más allá de que los precios internacionales de los alimentos hayan aumentado y mucho, hay acá en la Argentina un aumento desmedido, producto de la voracidad de los formadores de precios”, dijo el jefe de Estado, ayer, en Entre Ríos.

Además, consideró que “hay que explicarles” a esos formadores de precios “que este no es el tiempo de ser voraces, sino que es el tiempo de ser solidarios, de pensar en los que menos tienen, de aquellos a los que más les cuesta ganar un peso para poder alimentar a sus familias”.

Más allá de eso, cerca de Guzmán tuvieron una mirada positiva del número. “Por cuarto mes consecutivo, se desacelera la inflación y se ubicó en el menor registro desde octubre 2020”, dijeron en el Palacio de Hacienda. “La inflación núcleo se redujo pasando de 3,6% en junio a 3,1% en julio mientras que los regulados bajaron de 3,2 a 1,4%”, agregaron.

Alimentos y bebidas no alcohólicas volvió a desentonar, con una suba de 3,4%, en Gran Buenos Aires. Aceites, grasas y manteca avanzaron casi 6%; verduras, tubérculos y legumbres, 13,9% y leche, productos lácteos y huevos, 4,6%. La carne, finalmente, fue sometida, y mostró un avance de apenas 0,4%. Desde una mirada general, es una victoria pírrica: el país está perdiendo producción, empleo y dólares por el cepo ganadero.

La división de mayor incremento en el mes fue restaurantes y hoteles (+4,8%), donde se destacó la suba de los servicios de alojamiento a raíz del receso de invierno. Los aumentos de las actividades asociadas al turismo también influyeron sobre la división recreación y cultura (+3,1%) y, en menor medida, transporte (+2,3%).

Salud (+3,8%) fue la segunda división de mayor aumento del período, sobre la que incidió principalmente el alza de productos medicinales, artefactos y equipos para la salud.

Alimentos y bebidas, sin embargo, fue el que más incidió en el 3%, dada su ponderación en la canasta.

Las dos divisiones de menor aumento en julio fueron comunicación (+0,4%) y prendas de vestir y calzado (+1,2%).

A nivel geográfico, Patagonia lideró con 3,3% mientras que noroeste, con 2,8%, fue la de menores subas.

En el acumulado de 2021, educación lidera las subas con 40,1% y, a nivel interanual, el podio es para transporte, con 62,9%, seguido de cerca por prendas de vestir y calzado, con 61,7% y alimentos y bebidas no alcohólicas, con 56,4%.

Los privados

Cerca de 2018 y 2019: en 2021, la inflación estará por encima del 48%”, dijeron desde Ecolatina. El agravante es que en 2018 el dólar pegó un brinco y las tarifas, también.

“Esperamos que la inflación pase de la zona del 4% mensual en la primera mitad del 2021 a la del 3% en la segunda. La menor depreciación del tipo de cambio oficial y tarifas pisadas ayudarán a que en la previa electoral estos números sean inferiores, incluso contando reapertura de paritarias”, agregaron. Así, desde Ecolatina proyectan una inflación anual de 48,5% en 2021.

A diferencia de lo ocurrido durante buena parte del Gobierno de Cambiemos, la marcada aceleración de la inflación -será más de 10 puntos superior a la de 2020- no responderá a una corrección en los precios relativos. “Parte de estos desequilibrios deberán ser corregidos en el marco del pronto acuerdo con el FMI, por lo que el año entrante también será agitado en materia inflacionaria, dejando un piso del 40% para 2022”, dijeron.

La desaceleración respecto del mes previo (3% vs. 3,2%) luce poco relevante, considerando que la inflación hace 10 meses que no desciende del 3% mensual. Asimismo, este valor resulta algo alarmante, dado que en un contexto de múltiples anclas nominales (tipo de cambio, tarifas, control de precios, etcétera) significa que Argentina navega cómodamente en una inflación del 50% anualizada (lo cual ubicaría a la economía en un régimen de alta inflación), de la cual no hay perspectivas de una moderación significativa”, agregaron en LCG.

“Los esfuerzos por anclar el dólar oficial dieron resultado en el margen. En los últimos meses la tasa de depreciación promedio se redujo del 3% mensual al 1,2%, mientras que los precios sólo disminuyeron del 4% al 3%. Adicionalmente, la ampliación de la brecha (+15 puntos respecto 4 meses atrás) puede jugar en contra para que el tipo de cambio oficial sea tomado como referencia. Proyectamos registros que promedian el 3,1% mensual en el segundo semestre del año, redundando en un aumento de precios que rozaría el 50% para diciembre 2021. La política monetaria ha virado fuertemente hacia un ancla cambiaria. Así, para el cierre del año esperamos que la variación en el tipo de cambio quede 20 puntos por debajo del aumento de los precios”, señalaron.

Para los próximos meses, dijeron en ACM, “esperamos que la inflación continúe desacelerándose, incluso pudiendo romper los niveles del 3% mensual”. En ese sentido, “la compleción de los ajustes en combustibles sumado al impacto rezagado que tiene la política monetaria contractiva del primer cuatrimestre y la desaceleración del ritmo devaluatorio serían los principales drivers”.

“Por otro lado, existe una inercia inflacionaria y ciertos ajustes pendientes como es el caso de prepagas (9%), GNC (en torno al 8%) y expensas (8% por la suba del 10% a porteros). En consecuencia, estimamos una inflación para agosto en torno a 2,8% o 2,9%. Finalmente, si bien dichos factores podrían morigerar la desaceleración inflacionaria, buena parte de la desaceleración sería producto de medidas que simplemente postergan el fenómeno inflacionario. Sumado a eso, se espera un incremento en el gasto público de cara a las elecciones (con su impacto en la emisión monetaria), lo cual podría provocar un resurgimiento de la inflación de cara a fin de año, razón por la cual estimamos una inflación en torno al 48,3% para el 2021”, concluyeron.

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