Falta cada vez menos para que arranque la próxima Copa del Mundo, y a través de este fervor, los profesores encuentran distintas técnicas para innovar nuevos métodos de aprendizaje y que sus alumnos logren la atención.
En esta ocasión, Cristian Quillotay, profesor de Físicoquímica, se sumó al entusiasmo por el álbum de figuritas y tuvo la magnífica idea de fusionar los contenidos de la materia con el fervor del Mundial de Qatar.
Todo comenzó porque la mayoría de los 30 alumnos de tercer año del Instituto Nuestra Señora de Luján habían desaprobado una prueba de Nomenclatura de Compuestos Binarios.
Al buscar la manera de llevar adelante el recuperatorio de la semana siguiente, al docente de 30 años se le ocurrió esta nueva manera de estimular a sus estudiantes.
"La noche anterior al recuperatorio no podía dormir porque me la pasaba pensando de qué manera podía revertir la situación. Quería innovar para atrapar la atención de los chicos, ya que de la manera convencional tuve resultados negativos, y se me vino a la cabeza la repercusión que hay con las figuritas y la escasez para conseguirlas", comentó Quillotay al diario La Unión.
El profesor utilizó el programa de computación Camba para crear las 72 figuritas y la portada del álbum, modificada con la tabla periódica y el recipiente de vidrio de Erlenmeyer.
Luego recortó a mano cada una de las figuritas, con los nombres de los compuestos, y con su propio dinero, fotocopió el álbum para cada uno de sus estudiantes.
Así fue que el examen fue adaptado al álbum del Mundial de Qatar, con los mismos colores y estilo, pero de 6 páginas con espacio para 12 figuritas cada una.
“Llevé todo el material a la escuela y les dí las 12 figuritas al azar a cada estudiante, que tenían que completar según correspondiera la consigna. En cada carilla había un tipo de compuesto, entonces al observar la figurita que les había entregado, debían identificarlo, ir a la página correcta y pegarla en el sector indicado. Había que estudiar para hacerlo bien, no era cuestión de adivinar. Funcionó y fue como un resarcimiento de ambas partes, porque si bien en la primera prueba hubo falta de estudio, también sentía, en el fondo, que yo había fallado”, explicó Quillotay en diálogo con Clarín.
“Apelé a la creatividad, teniendo en cuenta el boom del álbum del Mundial y la escasez de figuritas. Y tuve la suerte de que este gancho funcionara. Fue muy enriquecedor, primero por la participación de todos los estudiantes y después por los resultados”, comentó el profesor recibido en el Instituto de Formación Docente de Lomas de Zamora.
“Soy consciente de que no hay que abandonar los métodos convencionales, ya que cuando los estudiantes empiecen un recorrido académico por fuera del nivel secundario, se van a encontrar con que los evaluarán de la manera tradicional, pero lo importante fue el rescate, ya que se entusiasmaron. Cuesta horrores captar su atención”, comentó el profesor que trabaja en ocho escuelas de la provincia de Buenos Aires.
“El método evaluativo de mi materia me permite recurrir a aplicaciones fuera de lo habitual en un aula. A los alumnos les “vendo” Físico-Química, los seduzco, porque es una materia que tiene mala prensa. Pero yo les digo que las reacciones químicas están presentes en nuestra vida cotidiana”, concluyó.
