Las celebridades a favor y en contra de los NFT: la nueva tecnología que encandila al mundo del espectáculo
YouTube no muestra más los No Me Gusta que recibe cualquier video, pero no es difícil darse cuenta que la entrevista que le hizo Jimmy Fallon a Paris Hilton, en enero de este año, no está entre las más queridas por los espectadores de la plataforma.
El conductor del show nocturno de televisión le dice a la hija millonaria de los dueños de la franquicia de hoteles, entre otras cosas, que compró un simio. Hilton le responde que ella hizo lo mismo. El, actuando asombro, saca de su escritorio una imagen impresa mostrando el simio que compró Hilton. Ella le responde que eligió el simio que más se parecía a su personalidad y Fallon muestra otra imagen impresa con otro simio, el que (afirma) más lo representa a él.
Pone ambas imágenes una al lado de la otra pero, salvo diferencias en los colores, los dibujos son casi idénticos.
Cuando termina la comparación, Paris Hilton anuncia que va a sacar a la venta su nueva camada de NFT, basados en su vida romántica, y que va a regalar los primeros a toda la audiencia del programa. En inglés, algunos de los comentarios más votados dicen: La complicidad para hacer lobby por los NFT se sintió como si alguien sostuviera un arma apuntando a sus cabezas. Fue vergonzoso.
NFT son las siglas que en inglés de non fungible token, o token no fungible. El concepto descansa en la idea de imágenes digitales que son únicas e irremplazables mediante la tecnología blockchain.
Las comillas no son aleatorias porque muchos detractores de los NFT señalan que las características que les dan valor económico (únicos, indivisibles, transferibles y pueden ser, consecuentemente, escasos, afirman los promotores de los NFT) son una ilusión en el mundo virtual donde alguien puede descargar y guardar cualquier imagen en una computadora.
Uno de los comentarios más votados en el video de la entrevista a Paris Hilton dice: La ironía de imprimir en papel el arte digital que intentan vender.
A Keanu Reeves, cuando promocionaba Matrix: Resurrecciones en diciembre 2021, le preguntaron qué pensaba de los NFT que se vendían en internet y que no podían ser copiados. El actor respondió: ¿Que se pueden reproducir con facilidad?. La respuesta generó soporte de los detractores de los NFT y enojo por los que apoyaban la tecnología que permite vender imágenes únicas online. Pero los sentimientos cambiaron de bando cuando, en junio 2022, el actor anunció que iba a comenzar a vender NFT inclusivos.
Lo último de Tarantino Postales de Hollywood
Hollywood: el principal promotor de los NFT
Algunos diarios de Estados Unidos comparan a la promoción de NFT con una estafa piramidal perpetrada para sacarle dinero a los más incautos. El diario Bloomberg señalaba, a fines del mes de junio de 2022, que el mercado de los token no fungibles, basado en el arte de simios aburridos y pingüinos rechonchos se había desplomado un 75% con respecto a los valores de mayo del mismo año.
A diferencia de lo que sucedía un año atrás, ya no había historias de subastas millonarias donde alguien era capaz de comprar un NFT por US$ 69 millones. Ese mismo año, Elon Musk ponía a la venta un NFT con la imagen de su primer tweet, por más de US$ 2 millones. Un año después el propio Musk tuiteaba, a modo de burla contra los NFT, una imagen con varios simios ajenos y escribía: No lo sé… para mí esto parece fungible.
Las celebridades de Hollywood que vendieron NFT, como Reeves, no recibieron la mejor respuesta del público en las redes. El director y guionista Quentin Tarantino vendió NFT de Pulp Fiction por más de US$ 1.000.000. La venta de las imágenes digitales de la película se detuvo por una demanda de Miramax, la productora, alegando que el cineasta no tiene derecho para vender esas imágenes.
Taika Waititi, director de Jojo Rabbit y Thor: Amor y Trueno, posteó en su cuenta personal de Instagram una imagen burlándose de los NFT para promocionar la última película del superhéroe nórdico. Algunos le recordaron que Marvel vende, no irónicamente, NFT de sus películas.
Los grandes empresarios de la tecnología, escépticos
Kevin Smith, el director de Clerks, anunció en abril de este año que su nueva película sería lanzada como una colección de NFT. La gente famosa está usando los NFT para hacer dinero, pero para mí es como la revolución de YouTube, que permite crear nuevos contenidos, y no quiero perderme otra revolución.
El mundo del cine no fue el único que saltó a la moda de los NFT. Snoop Dogg, Eminem, A$AP Rocky, Tony Hawk, Ellen DeGeneres y Serena Williams son algunos de los nombres que también se sumaron para vender NFT a precios exorbitantes. Algunos no tuvieron suerte con la venta de sus NFT, como John Cena, el actor que declaró que su inversión terminó siendo catastrófica porque apenas pudo vender muy pocos.
No todas las celebridades están a favor de estos token no fungibles. En pleno colapso del mercado de NFT Bill Gates explicó su punto de vista sobre el asunto: Creo que la gente que compra estas manías quizás no tenga dinero de sobra. Mi pensamiento general es que si tenés menos dinero que Musk, deberías tener cuidado. Obviamente, imágenes digitales caras de monos van a mejorar muchísimo al mundo.
Para Gates el negocio de las criptomonedas (y el de los NFT) se basa en encontrar siempre a alguien más tonto: es decir, encontrar a un comprador más tonto dispuesto a pagar un precio más elevado que el sobreprecio que pagó el primer comprador.
Contrario al mundo de las celebridades, las personalidades más famosas del mundo de la tecnología son más escépticas con los NFT. Gabe Newell, confundador de Valve y Steam, la popular empresa de videojuegos, prohibió la venta de NFT en su plataforma. Está asociada a gente involucrada en actividades criminales.
Mojang, la empresa que creó Minecraft, uno de los videojuegos más populares de la historia (con más de 141 millones de usuarios activos en todo el mundo) y uno de los títulos más fuertes de Microsoft, prohibió el uso de tecnología blockchain (y, en consecuencia, los NFT) en el juego. Aclararon que no es una prohibición definitiva. La prohibición rige, por lo menos, hasta que la práctica sea más segura, práctica, e inclusiva.