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Caso Banfield: ¿podría haber una corrida bancaria hacia USDC?

Las stablecoins reguladas como la que usó “El Taladro” para exportar los servicios de un jugador podría ser un vehículo seguro y conveniente para el atesoramiento en moneda extranjera

La venta del futbolista Giuliano Galoppo de Banfield a San Pablo a cambio de criptomonedas.
La venta del futbolista Giuliano Galoppo de Banfield a San Pablo a cambio de criptomonedas.

Hace unas semanas contamos que la FIFA había elegido a la red Algorand para ser la red con la cual iba a desarrollar sus proyectos blockchains. 

Esta vez el mundo del fútbol nos trae otra noticia relacionada con el ecosistema cripto. El club San Pablo de Brasil compró a Giuliano Galoppo, de Banfield, y lo pagó usando la stablecoin USDC. Si bien la operación no implica que el club pueda evitar la obligación de liquidar los “dólares” al tipo de cambio oficial, hacerlo a través de ese criptodólar probablemente haya implicado un ahorro en tiempos y costo de intermediarios.

Tal repercusión tuvo la noticia que hasta Dante Disparte se hizo eco de la misma. El actual Chief Strategy Officer de Circle, la emisora de USDC, y exvicepresidente de Diem, el proyecto de stablecoin caído en desgracia de Facebook (actual Meta), emitió un tuit comentando la noticia. 

En él explicó que parte de las razones para hacerlo con esa moneda digital fue evitar el riesgo cambiario. No queda muy claro a qué se refería dado que, como comentamos, Banfield va a recibir los mismos pesos que si hubiese cobrado en dólares “reales”.

Alguno podría preguntarse si llegará el momento en el que se haga una exportación usando una CBDC (Moneda Digital emitida por el Banco Central) en dólares, reales o pesos argentinos.

El CBDC tracker, que sigue los avances de estas iniciativas en los distintos países del mundo, muestra que en Estados Unidos se encuentran en etapa de Research mediante dos proyectos: el “Proyecto Hamilton” y el “United States CBDC”. 

Por su parte, en Brasil, están más avanzados y con su “Real Digital” en una etapa que denominan “Proof of Concept” (prueba de concepto). La novedad que tuvo el Tracker este mes fue la aparición del proyecto de “research” para la emisión de una CBDC en pesos argentinos. 

De todos modos, cuando uno profundiza un poco en la información descubre que por ahora sólo se trata de un paper escrito por Sebastián Katz, Gerente Principal de Investigaciones Económicas del Banco Central, en el que describe qué son las CBDC y las oportunidades y amenazas que estas representan. Bienvenido sea de todos modos que el gobierno esté interesado en las mismas.

Algunos críticos de las CBDC explican que el objetivo es reemplazar a los criptodólares para poder controlar quien realiza las transacciones, cosa que hoy no puede hacer con las stablecoins. 

De hecho, la transferencia entre clubes antes mencionada podría haber permanecido en el anonimato por el lado “monetario” del asunto. Obviamente, del lado “real” de la transacción, el pase del jugador iba a ser mucho más difícil de ocultar. De todas maneras pensar que esta característica de las stablecoins (el anonimato) puede durar mucho tiempo más es, en mi opinión, una fantasía. Por más que los pagos se hagan a través de una blockchain “sin intermediarios” (en realidad existen intermediarios que son los mineros o validadores, los cuales son anónimos) la realidad es que como los cripto dólares son en última instancia una deuda de la Fed por lo menos las respaldadas por dólares reales), el Congreso de Estados Unidos tendrá siempre la potestad de exigir la identidad del dueño de la stablecoin.

Pareciera, de hecho, que algunos congresistas demócratas estarían presionando para que los emisores de stablecoins incluyan un proceso de KYC (Conozca Su Cliente por sus siglas en inglés) para tener acceso a los datos de quién estuviera operando con esas monedas digitales estables. Sería, tal vez, un duro golpe para algunos usuarios que no quieren perder la privacidad que le dan estas herramientas. 

En una charla de Twitter que tuve con JP Koning, experto en el tema, coincidimos en que sería ideal tener la posibilidad de hacer el proceso de KYC mencionado antes, sin la necesidad de revelar la identidad al momento de hacer una transferencia. Gracias a lo que en criptografía se conoce como Zero Knowledge Proofs, esto sería posible. La idea básica sería que algún poder de gobierno tuviera acceso a una key (llave) especial que le permitiera, ante una orden judicial, revelar la identidad detrás de alguna operación que se considerase sospechosa. De esa manera se mantendría la privacidad sin perder la capacidad de contralor por parte del gobierno. Son posibilidades que abren el mundo de las blockchains.  

Quien pareciera que sigue haciendo de las suyas es Tether, la stablecoin más utilizada, que ahora se asoció con Hypercore para lanzar Holepunch, una plataforma para el intercambio de aplicaciones “peer-to-peer” (de persona a persona sin intermediarios) de manera encriptada. La idea sería algo similar a lo que imaginaba Facebook (ahora Meta) con el proyecto Diem, que mencionamos, el cual suponía enviar su stablecoin a través de WhatsApp.

El mismo JP Koning que nombré antes se preguntaba si era razonable que Tether estuviera usando el dinero de sus depositantes para financiar este tipo de proyectos. Son el tipo de dudas que genera ese criptodolar y que le valen la mala fama que tiene. Para apaciguar esas cuestiones los emisores de aquella stablecoin salieron a confirmar esta semana que no tienen exposición a papeles comerciales chinos. Algo es algo.

Existe una razón por la cual cada vez se usa más USDC, como en el caso de Banfield, en vez de USDT. Uno podría preguntarse si existe también el riesgo de que aquella stablecoin reemplace a los depósitos en dólares de bancos argentinos. Si las compañías pueden guardar sus dólares en una blockchain como se observa en el caso del club de fútbol de Eduardo Duhalde, ¿qué sentido tendría que lo guarden en la forma de “argendólares? Recordemos que parte de esos depósitos están respaldados por préstamos a terceros y parte por reservas en el Banco Central.

¿Podría ocurrir que casos similares al del club de fútbol faciliten una salida de depósitos en moneda extranjera del sistema bancario y compliquen la sostenibilidad de las exiguas reservas en el Banco Central? Son preguntas que debería hacerse la autoridad monetaria Argentina. Son desafíos nuevos en un mundo siempre cambiante.

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