Un ejemplar único
La saga "Rápido y Furioso" es una de las más taquilleras en la historia del cine a pesar de que Paul Walker, uno de sus protagonistas, murió hace ya diez años y en pleno furor.
Sin embargo, el arraigo de los fans con la historia, los autos y la velocidad continúa, incluso con homenajes permanentes al malogrado actor, y por eso todo lo que guarda relación con él es noticia.
Precisamente la novedad pasa ahora porque saldrá a subasta el último auto que Walker compró con intenciones de restaurarlo. Se trata de un Chevrolet Camaro Z/28 de 1969 que luce el desgaste de su pintura exterior pero que tiene su mecánica original y su interior está impecable.
Según se pudo reconstruir, la estrella de Hollywood -amante y coleccionista de autos- se topó con esta unidad y no dudó en hacerse de ella con la idea de devolverle el brillo que tuvo cuando salió al mercado a pelearle el segmento de los pony cars al Ford Mustang y otros exponentes como el Pontiac Firebird y el Dodge Challenger.
La particularidad de esta versión Z28 es que era una serie especial deportiva, con el paquete opcional Rally Sport 8RS) y con la mecánica más "picante" que se podía comprar en un concesionario GM por ese entonces.
Tiene su motor original V8 de 5 litros con su caja manual de cuatro marchas, que acusa algo de más de 36 mil kms.
Su carrocería no muestra golpes ni daños y mantiene parte de su color de pintura con la que salió de fábrica, el Azul Le Mans; lleva sus llantas originales y tiene colocadas cuatro neumáticos BF Goodrich Radial T / A.
Lo que está como 0km es su interior, con el cuero de sus tapizados sin daños así como su plancha de abordo e instrumental en gran estado y sin faltantes.
Es una pieza de colección en sí misma, en funcionamiento, que tiene el agregado de haber pasado por las manos de una celebridad muy querida por los amantes de los autos.
De 0 km fue adquirido por su primer dueño en el concesionario Martens Chevrolet en Reedly, California, y en 1982 lo compró el coleccionista Merle Duprey, especialista en esta marca.
Walker lo compró en sociedad con su amigo Roger Rodas a quien conoció por ser ambos propietarios de algunos Porsche y participar en una serie de eventos y competencias.
El destino quiso que participaran juntos en algunas carreras sino que Rodas fuera al volante y Walker a su derecha en un Porsche Carrera GT ese fatídico 30 de noviembre de 2013.
Tras participar de un evento de caridad partieron en su auto rojo y chocaron contra un poste de luz y un árbol a la salida de una curva peligrosa que hay en las calles de Santa Clarita, California.
Ambos perdieron la vida en el lugar a causa de las graves lesiones, incluso el auto se incendió. El actor tenía apenas 40 años, era padre de una hija, y una larga carrera por delante, aunque -como sucedió por ejemplo con James Dean- se hizo inmortal gracias al cine.
Hoy quien desee puede hacerse de este Camaro que fue uno de sus últimos proyectos: el auto sale a subasta en agosto en un evento en Monterey, California y no tiene un precio base.
A pesar de que en esa misma jornada habrá autos muchos más exclusivos y lujosos, se espera que este ejemplar sea uno de los que más dinero consiga.
