Antes de ser La Nena de Argentina, María Becerra se hizo viral en YouTube. Era el año 2015 y ella todavía iba a la secundaria cuando subió un video afeitándose el bigote. Casi tres millones de reproducciones para algo tan mundano como eso, en una grabación que no supera los 4 minutos. De Quilmes a Hollywood y cantar en los Grammy, el resto es historia.
Otra historia, ahora, está construyendo Mati Spano, el joven de 19 años que es furor en TikTok con más de 26 millones de seguidores que trasciende fronteras.
Antes de tener su espectáculo teatral en Paseo La Plaza (las entradas para las funciones del 15 al 30 de julio a las 17:15 horas ya están disponibles online), Mati Spano se volvió viral con un video en el que simplemente se peinaba.
En diálogo con El Economista, el tiktoker confiesa que estaba un día aburrido en clase de Biología en la escuela cuando empezó a subir videos de situaciones aleatorias con sus compañeros del secundario.
¿Qué es lo que resulta atractivo, para las nuevas generaciones, de situaciones en apariencia mundanas? "Yo creo que es la esencia. Yo vi el video de María (Becerra afeitándose el bigote). Todo el mundo puede hacerlo, todo el mundo puede explicarte cómo afeitarte el bigote. Pero es cómo lo hacés, qué decís, cómo te expresás, es tu esencia. Eso es lo que atrae. Yo consumo un montón de contenido y veo eso, que es lo que más me atrae: qué cuenta, cómo lo cuenta, qué valores tiene. Me interesa cómo es la persona, porque no es una figura que se mueve en la pantalla".
Muchos jóvenes, en especial los sub-20, generaciones que crecieron con celulares en la mano viendo a las estrellas de YouTube conquistar el terreno de los primeros mercados audiovisuales digitales, sueñan con "pegarla" y llegar. Es decir, vivir del contenido que generan para las plataformas digitales. Puede interpretarse como una parábola invertida que miles (o millones) de usuarios quieran lograr esa esencia natural a la que se refiere Mati Spano imitando a los que ya tienen una audiencia masiva que los sigue. "Eso pasa, sí, totalmente", explica el tiktoker.
"Lo más lindo es tu esencia y si te vas para otro lado cualquiera lo va a notar. Somos muy perceptivos los humanos, como cuando un perro siente que estás triste y se te acerca. Los más chicos son muy perceptivos e inteligentes. Uno tiene que ser sí mismo y hacer lo que le gusta. Cuando uno hace lo que le gusta se nota a millones de kilómetros".
Las estrellas virtuales, ¿siempre trasladan el éxito a la vida real?
Taylor Swift es una de las artistas más exitosas en todo el mundo. En 2023 rompió (otro) récord de Spotify con más de 67 millones de streams en un solo día. El número, como los estadios que llena la cantante en Argentina y otros países con su Eras Tour, es impresionante.
Pero, aunque es una de las artistas más exitosas en la industria musical, su número de seguidores u oyentes no se traslada a otros ámbitos. Ni siquiera las swifties, la legión de fanáticas de la cantante de Anti-Hero, pudieron darle buenos números a las películas que ella protagonizó en cine. No tiene nada que ver con que la cantante rubia sea "mejor o peor" actriz o que haya estado en roles más o menos secundarios.
Tanto Cats como Ámsterdam fueron grandes fracasos de taquilla (acompañados por malas críticas y polémicas, como en el caso del segundo título). El punto es que la historia de los espectáculos demuestra que no es sencillo trasladar al público de una industria a otra. Quienes desconfían del paso de un músico al cine (o de un youtuber o tiktoker a la pantalla grande) seguramente desconocen que, en la historia del cine, muchas estrellas hicieron camino de esa manera, como Frank Sinatra o Jared Leto, por ejemplo.
Para empezar, no es lo mismo generar contenido para una plataforma como YouTube que hacer un espectáculo frente a un público cara a cara. "Son dos cosas muy diferentes, porque lo virtual nunca deja de ser un teléfono con una pantalla con letras y números".
Mati Spano comenzó a producir videos durante la pandemia y la sensación que vivió él quizás la compartieron millones de personas, aunque sin el mismo nivel de aumento de seguidores en las redes: "Subían mis seguidores, pero eran números para mí. Nunca voy a tomar dimensión de cuánto es 26 millones en TikTok. Amo los comentarios, me super sirven para crecer, para descubrirme. Siempre fui muy tímido, nunca hablaba ni tenía amigos. Las redes sociales me dieron esta oportunidad para descubrirme a mí mismo. Me di cuenta lo que podía aportar al mundo a través del arte, siempre voy a agradecer eso. Por otro lado, en el teatro están los aplausos y las risas en el público. Cuando estaba triste y tenía un show en vivo, me cambiaba las energías después de hacerlo".
La industria (y el mundo) está cambiando
Khaby Lame, el senegalés que es una de las máximas estrellas de TikTok con más de 2.000 millones de seguidores en esa plataforma, se hizo viral a partir de sus gestos con los que hacía una versión simple de algo innecesariamente complejo.
Con 23 años, contó que su pasión es el cine y que siempre se sintió inspirado por actores como Will Smith en películas como En Búsqueda de la Felicidad. Anunció que piensa invertir parte de sus ganancias de las redes para empezar a cumplir su sueño, "hacer cine para transmitir emociones y que la gente crea en algo".
La mayor coincidencia fue que la declaración de Lame llegó el mismo día que Xavier Dolan, de 34 años, una de las mayores promesas del cine independiente, anunció su retiro del cine: "Pongo mucho trabajo en películas que nadie ve. Dedicarse al cine hoy es una pérdida de tiempo. Mi pasión termina en decepción". El ánimo de uno contrasta con el del otro. Como observaron algunos usuarios (no sin cierto cinismo) en Twitter, habrá que ver si Khaby Lame no termina pensando como el canadiense Dolan de acá a 10 años.
Mati Spano tenía 7 millones de seguidores en TikTok sin haber salido de su casa. Cuando se flexibilizaron las restricciones por la pandemia, ahí tuvo el primer encuentro con la realidad. Estaba con su familia cuando lo reconocieron algunas personas. "Con eso ya me sentía como Lady Gaga, encima mi familia no sabía que yo hacía videos. Mi mamá ni me seguía en Instagram, cero redes sociales, no lo veía como algo serio".
Una de las palabras claves que usa Mati Spano en la conversación, para expresar lo que le gusta hacer, es "artista". Tiene sus referentes cuando se le pregunta cuáles: Darío Barassi, Roberto Moldavsky, María Becerra, Tini, Lali. Admite que le gustaría tener su propia serie o show de televisión, aunque su público "no ve mucho la televisión", y que le encantaría actuar en películas o series.
El camino, para Mati Spano y todos los artistas que quieren hacer carrera más allá de lo virtual (como Khaby Lame), seguramente los espere con nuevos desafíos para conquistar industrias que tienen sus propias complejidades. La simbiosis con los nuevos talentos puede ser el futuro de la industria audiovisual. El ánimo y el talento de estos jóvenes es algo que el cine, la TV (o cualquier otra industria), no puede desatender. El tiempo verá cuáles son los resultados.
