La idea inicial del oficialismo de enviar una gran iniciativa que articulara todas las reformas propuestas por LLA no encontró camino en el Congreso. Por eso, tras la caída de la Ley de Bases, el Gobierno necesita desarrollar una nueva estrategia parlamentaria para lograr el avance de sus proyectos.
La Casa Rosada decidió no prorrogar las sesiones extraordinarias que el mandatario había convocado hasta el 15 de febrero, dejando así pendiente el debate para el período ordinario. "De esta manera tenemos 15 días para replantear nuestra estrategia y que no nos sigan jodiendo", definieron funcionarios cercanos al Ejecutivo.
Prescindir del Legislativo no es una opción, dado que es la única vía por la que pueden avanzar las reformas en materia fiscal, que son el corazón del gobierno libertario. Por eso, LLA deberá encontrar la manera de alcanzar una respuesta más favorable a sus propuestas tanto en Diputados como en el Senado.
En ese marco, la primera decisión que debe tomar el Gobierno es la de insistir o no con los artículos comprendidos en el dictamen de la fallida ley, y cuáles serán las prioridades que tendrá el presidente Javier Milei en los próximos meses de gestión.
Paquetes por materia
Respecto a aquellas medidas que no están vinculadas con cuestiones fiscales, una de las posibilidades que tiene el Gobierno es la de formular paquetes de leyes con el foco en materias específicas y de un tamaño mucho más reducido al de la Ley Ómnibus.
En esa línea se expresó el diputado José Luis Espert, del monobloque Avanza Libertad, quien planteó que el Gobierno debería impulsar "leyes cortitas, concretas y que peguen fuerte".
Con la elaboración de conjuntos de leyes focalizados en temáticas particulares, se lograrían debates más dinámicos y con mayor destreza, tanto en las comisiones como en el recinto, permitiendo así la aceleración del trabajo parlamentario.
Al mismo tiempo, de esta manera se evitarían las polémicas en torno a "la forma" de las iniciativas.
La Ley Ómnibus no sólo fue criticada por su contenido, sino también por su nivel de ambición. La amplitud y la diversidad de los temas incorporados a la iniciativa fue una de las cuestiones que mayor rechazo generó entre la oposición, lo cual le dio varios votos negativos al proyecto bajo el argumento "así, no".
Mayor ajuste
Por otro lado, en las cuestiones fiscales, el Gobierno priorizará la utilización de las herramientas de las que dispone el Ejecutivo para lograr el cambio económico al que aspira LLA. En esa línea ya se expresó el oficialismo, cuando retiró el capítulo fiscal de la Ley Ómnibus y aseguró que se tendría que "ajustar todo lo que se tenga que ajustar" para alcanzar el déficit cero.
De esa manera, el Gobierno acentúa la confrontación con los legisladores, señalándolos como los culpables de tener que llevar a cabo un ajuste más profundo del que se hubiera realizado si la iniciativa hubiera sido aceptada por ambas Cámaras.
"Seducir" a los dialoguistas
En tanto, la fractura de la Ley Bases marcó un antes y un después entre Milei y los bloques dialoguistas dentro del Congreso. La decisión de LLA de insultar a este grupo de diputados alejó a los espacios, por lo que el acompañamiento a los futuros proyectos del Gobierno encontrará mayores trabas.
Si bien el PRO ya mostró su cercanía al oficialismo, los 38 diputados libertarios, junto a los 37 del bloque amarillo, aún no son suficiente garantía para el avance de los proyectos en el Congreso. Por eso, deberá también reconsiderar la confrontación con el resto de los bloques.
En esa línea, Espert recomendó al bloque oficial "seducir" a los dialoguistas, en vez de continuar incrementando la grieta entre ambos. Así, LLA deberá encontrar un punto de encuentro con Hacemos Coalición Federal, Innovación Federal y la UCR, a fin de evitar que más proyectos resulten rechazados.
