El gobernador cordobés Juan Schiaretti recibió, en cuestión de días, al precandidato a presidente por el Frente de Todos, Alberto Fernández y el de Consenso Federal, Roberto Lavagna. Con sus respectivas fotos, en su despacho y sin sonrisas. Reuniones de trabajo. Hoy, sumó otra. Esta vez con el presidente Mauricio Macri, que compite para renovar su cargo. Fue una cena y la foto los encontró distendidos, con la primera dama Juliana Awada sumada al encuentro.
Varios sectores del peronismo cordobés que integran el frente del gobernador apuestan por la lista del Frente de Todos. En particular, el senador nacional y presidente del Bloque Justicialista, Carlos Caserio. El legislador fue el anfitrión de la visita de Alberto la semana pasada y generó un encuentro con decenas de intendentes del peronismo.
Schiaretti, en tanto, aparece como más proclive a guardar distancia y mantenerse neutral en la contienda, más interesado en renovar las dos bancas que su espacio pone en juego, bajo el formato de boleta corta. De todos modos, no pasó desapercibido el trato preferencial que le dio al Presidente en momentos de definiciones y en un territorio que es clave para las aspiraciones de unos y otros. Allí Cambiemos sacó 7 de cada 10 votos en el balotaje que le dio el triunfo, allá por 2015.
