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Tras las elecciones

Más interrogantes para el lunes que para el domingo

Frente a los resultados de las elecciones generales, todos estan a la expectativa de lo que pasará al día siguiente

Alberto Fernández y Cristina Fernández de Kirchner.
Alberto Fernández y Cristina Fernández de Kirchner. Archivo.
Augusto Milano 11 noviembre de 2021

Tanto en el Gobierno como en la oposición no esperan sorpresas el domingo. Los datos que están a la vista de todos ? encuestas, campañas e indicadores económicos- no permiten suponer que los resultados de las elecciones generales sean muy distintos a los de las primarias. Pero puede haber algunas tendencias subterráneas, que por definición se desconocen, y que emerjan el domingo alterando el escenario. Hasta que no se cuentan los votos, no se sabrá. 

Los resultados a observar el domingo son cuatro. El primero es el de total de votos a nivel nacional, en el que no cabe esperar cambios significativos y la oposición se volvería a imponer con comodidad. El segundo es la composición del Senado y todo apunta a que el oficialismo perderá cinco senadores entre Santa Fe, Corrientes, Córdoba y Chubut (2), y podrían ser seis en el caso de que no pueda revertir el resultado de La Pampa en donde fue derrotado por una diferencia de 20.000 votos en las primarias. El Frente de Todos se quedará sin quórum y deberá negociar con unos pocos senadores de fuerzas provinciales para lograrlo.  

En tercer lugar, se ubica la elección de diputados, y en ese caso hay una duda y una certeza. La duda es determinar cuál será el bloque mayoritario porque el Frente de Todos y Juntos por el Cambio están oscilando entre 117 y 122 bancas y todo dependerá de los resultados en los  distritos grandes  y en particular en aquellos en las que hay otras fuerzas en competencia. La certeza es que nadie tendrá quórum propio. 

El cuarto resultado clave será el de la provincia de Buenos Aires que es el parámetro que tradicionalmente se tuvo en cuenta para determinar quién ganó las elecciones de medio término. Allí está la gran apuesta del oficialismo porque perdió por una diferencia de 355.000 votos, equivalente a poco más de 4 puntos.  Además, sólo votó el 68% de los que estaban en condiciones de hacerlo y distintos estudios demostraron que la mayor abstención se dio en zonas y segmentos del electorado tradicionalmente afines al peronismo al que están tratando de movilizar los intendentes. Se estima que puede haber 1.200.000 votantes más que en las primarias y el gobierno considera que se volcarán mayormente a su favor. Pero en JxC, destacan que siempre mejoraron su performance entre ambas instancias electorales y consideran que lograrán el apoyo de la mayoría de los 700.00 votantes que se inclinaron por candidatos que al no llegar al 1,5% en las primarias no pueden presentarse en las generales.   

Frente a resultados, que el mundo de la política, utilizando lenguaje financiero, ya descontó, el gran interrogante es sobre lo que ocurrirá el día después.  

Las alternativas son la radicalización del Gobierno o un giro al centro. Está claro que los márgenes para la radicalización se redujeron porque no hay financiamiento externo ni interno para ese camino y el oficialismo tendrá menos poder en el Congreso para impulsar su agenda. El propio Alberto Fernández anticipó el nuevo rumbo, que incluye un acuerdo con el FMI antes de marzo, en una reunión con directivos de empresas multinacionales. También les anticipó, como era obvio, que no habrá un salto devaluatorio, que se procurará mejor los números fiscales y que se buscará un acuerdo político sobre algunos temas concretos con la oposición en el Congreso a lo que ayudaría su próxima composición que exigirá diálogo entre los distintos sectores para poder avanzar con cualquier proyecto.          

De todas maneras, queda por conocer la opinión de Cristina Kirchner que es la accionista mayoritaria del Frente de Todos, la mayor aportante de votos. ¿Cuál será su lectura de los resultados? ¿A qué le atribuirá  una eventual derrota? Luego de las primarias, hizo una pública una carta muy crítica de la gestión del Gobierno. El método utilizado fue duro, pero el camino que sugirió no lo fue. En definitiva, impulsó la llegada de Juan Manzur a la jefatura de Gabinete, un claro exponente del peronismo tradicional del interior del país con buena llegada a sectores empresarios y sindicales. Además, en términos políticos, y con una coalición estructurada enfrente, los incentivos para mantenerse juntos en el FdT siguen presentes. Por otra parte, el país está demasiado complicado como para agregarle un conflicto abierto entre el Presidente y la vicepresidenta.  

¿Acompañará Cristina el camino de la moderación? ¿Creerá que es el mejor camino para recorrer para ganar las elecciones de 2023? Ese es otro interrogante abierto. Por otra parte, hay quienes consideran que la vicepresidenta saldrá debilitada de una eventual derrota electoral, sobre todo si el FdT pierde en su bastión electoral que es la provincia de Buenos Aires, y además, presidirá un  Senado en el que el oficialismo tendría un poder más acotado. Otros analistas, por el contrario, consideran que Cristina incrementará su poder dentro de la coalición porque la participación relativa del kirchnerismo dentro del total de votantes FdT será mayor dado que la principal  pérdida de apoyos se produciría entre quienes se sintieron atraídos por el corrimiento al centro de Fernández en la campaña de 2019. 

Pero a diferencia de los días posteriores a las primarias que fueron caóticos por la sorpresa que produjo el resultado, a partir del lunes debe esperarse una respuesta ordenada que probablemente ya está diseñada. Una reacción rápida y de tono moderado sería el mejor aporte para tranquilizar a la sociedad. Falta poco para empezar a conocer las respuestas a tantos interrogantes.    

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