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La UCR necesita otro Gualeguaychú

17 abril de 2019

Por Juan Radonjic

Son pocos los radicales que están contentos con el funcionamiento de Cambiemos pero son muchos menos todavía los que pretenden abandonar la coalición. La posición mayoritaria es seguir en Cambiemos pero proponiendo modificaciones. Y este es el momento adecuado para intentarlo.

Hace cuatro años, los radicales definieron una estrategia en Gualeguaychú. Ahora tienen que volver a hacerlo de cara a las elecciones de este año.

En aquella oportunidad, se decidió hacer un acuerdo con el PRO y la CC pero compitiendo con candidatos propios en las primarias presidenciales. En ningún momento se habló de un gobierno de coalición como reclamaron luego algunos radicales. No hay que hacerle decir a la Convención de Gualeguaychú lo que no dijo.

Si el radicalismo pretende que en un eventual segundo mandato de Mauricio Macri las cosas sean distintas, la oportunidad para plantearlo es ahora.

La UCR puede insistir en la institucionalización de Cambiemos para que haya mecanismos de consulta permanentes entre los socios de la coalición. Pero una distribución de ministerios entre los partidos es compleja de instrumentar dadas las características que tiene la gestión de gobierno en un sistema presidencialista.

Pero sí podrían acordarse una serie de pautas para un futuro gobierno a través de las autoridades y de las fundaciones de los partidos que integran Cambiemos. De todas maneras, siempre habrá voces críticas en la UCR porque lo que en realidad cuestionan es la orientación del Gobierno y no la falta de presencia de radicales en él.

Descartada la posibilidad de competir en las primarias por la candidatura presidencial, el radicalismo podría pedir el segundo lugar de la fórmula. Sería un mensaje muy potente de integración de Cambiemos que fortalecería al Gobierno. Dicen que Durán Barba se opone como también se opuso al acuerdo con la UCR en 2015. Se equivocó antes y se vuelve a equivocar ahora.

En varias provincias, las fórmulas para la gobernación están integradas y en la provincia de Buenos Aires la experiencia funciona satisfactoriamente.

Con los anuncios que hará mañana, el Gobierno intentará mitigar las penurias económicas y logrará también un efecto político que es fortalecer su vínculo con el radicalismo que impulsó, junto con María Eugenia Vidal, que se adopten esas medidas.

El peso de la UCR creció en términos relativos dentro de Cambiemos porque el deterioro del Gobierno afectó básicamente a la capacidad de reclutamiento por parte del PRO. Además, algunas figuras importantes en el armado político, como Emilio Monzó, darán un paso al costado. En ese contexto, el aparato radical gana preponderancia como lo demuestra que son de sus filas la gran mayoría de los candidatos a gobernador.

De cara a un escenario electoral complejo, Cambiemos tiene que potenciarse y crear las bases para que un eventual segundo turno sea mejor que el primero.

Con ese sentido debería pensarse en una mayor integración de la coalición. De lo contrario, quedaría como que el radicalismo aprovechó una oportunidad para conseguir más espacios y que el PRO tuvo que resignarse a ceder posiciones porque no le sobra nada en términos electorales.

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