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La transición sigue fría y con diálogo informal

Alberto Fernández le quitó importancia

20 noviembre de 2019

A veinte días de que se produzca el traspaso de los atributos del Poder Ejecutivo, sigue fría la transición entre el gobierno saliente de Mauricio Macri y el entrante de Alberto Fernández. Así lo señalan desde la Casa Rosada y lo admiten desde el Frente de Todos. A los primeros pasos dados luego de la victoria electoral de Fernández, con encuentro incluido entre ambos mandatarios, le siguieron algunos gestos de acercamiento entre las partes, el compromiso de trabajar en conjunto y pocos avances significativos. De hecho, Fernández había designado a Santiago Cafiero, Eduardo “Wado” de Pedro, Gustavo Béliz y Vilma Ibarra para esa tarea.

“La transición también es una ficción, es contarte lo que quedó después de cuatro años”, sostuvo Fernández en una entrevista con Página 12, el domingo pasado. De alguna manera, quitándole importancia al proceso. La tensión regional, con la agudización de la crisis en Chile y el golpe de Estado que desalojó del poder a Evo Morales en Bolivia, más la relación llena de contrapuntos con Jair Bolsonaro, presidente del principal socio comercial del país, reactualizaron miradas distantes, en contraposición. Que, además, hizo que Fernández le dedicara mayor tiempo del previsto al frente externo.

“El gabinete está básicamente definido”, sostuvo el presidente electo al salir, el lunes por la noche, del domicilio de Cristina Kirchner. Allí trazaron la estrategia parlamentaria y terminaron de cerrar los casilleros pendientes en el organigrama del Estado. El anuncio formal, no obstante, tardará en concretarse. Más allá de que buena parte de los señalados para ocupar los cargos más importantes ya se encuentran trabajando en sus programas de acción y conformando sus equipos. Sin mayores vínculos con las cabezas de las áreas de gestión de Macri que los informales. Por caso, se sabe que el ministro del Interior, Obras Públicas y Vivienda, Rogelio Frigerio, tuvo varias charlas con su más que probable sucesor, De Pedro. En el Ministerio de Interior, ya sin Obras Públicas y Vivienda.

Fernández había designado a Santiago Cafiero, Eduardo “Wado” de Pedro, Gustavo Béliz y Vilma Ibarra para esa tarea.

“La transición se da si hay posibilidades de compatibilizar y transmitir experiencias. Si no, no hay transición”, manifestó ayer, desde la vereda de enfrente, el ministro de Defensa Oscar Aguad, quien junto al ministro de Justicia y Derechos Humanos, Germán Garavano, ofició de vocero de la reunión de gabinete nacional que ayer encabezó el presidente Macri en la Casa Rosada. Para el dirigente radical, la transición entre ambos gobiernos “empezó con los dos presidentes, pero por algún motivo que desconozco no siguió”.

Aguad consideró que para avanzar en la transición “hace falta que los interlocutores sean oficiales, no simplemente gestores de buena voluntad”, pero opinó que “todavía hay tiempo” hasta el 10 de diciembre, de modo que podría darse antes de esa fecha. Por su parte, Garavano expresó que “el Gobierno está haciendo una transición ejemplar” en la parte que le toca. Pero indicó que “hasta el día de hoy” no se identificó un funcionario enviado a cada área, más allá de “conversaciones informales”.

A la transición fría, en las últimas horas se sumó la controversia respecto de dóonde tiene que darse el traspaso de mando. Cerca de Fernández dan por hecho que será en el Congreso Nacional, con la asamblea legislativa a pleno, más allá de que luego tenga su discurso en el balcón de la Casa Rosada. Mientras que en el actual oficialismo esperan que sea en la Rosada.

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