El discurso que pronunció Javier Milei en el Foro de Davos puede ser analizado desde distintas perspectivas.
En cuanto a la temática elegida fue sorprendente dado que se refirió a las ventajas del capitalismo para el desarrollo económico ante un auditorio integrado por la élite de los negocios mundiales y que se supone que las conoce.
También fue un escenario desaprovechado porque casi no hizo referencias a las oportunidades que puede ofrecer Argentina con las nuevas reglas de juego que su gobierno impulsa.
También fue un mensaje con pasajes contradictorios porque puso en la misma bolsa a una amplia gama de gobiernos y sectores políticos cuyas ideologías poco tiene que ver entre sí. Pero al mismo tiempo destacó los progresos que se registraron en varios países del mundo en las últimas décadas. ¿Quién los llevó adelante entonces?
En varios pasajes pareció un discurso de los tiempos de la Guerra Fría. Así dijo que el "neomarxismo " se apoderó de los medios de comunicación y las universidades en Occidente. También sostuvo que el "Estado no es parte de la solución sino del problema", como decía Ronald Reagan en la campaña electoral de 1980.
Finalmente el Presidente se refirió a distintas cuestiones como el feminismo y la relación del hombre con la naturaleza que forman parte de sus creencias con las que se puede coincidir o no, pero tampoco pareció el ámbito más adecuado para expresarlas.
