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31 enero de 2019

Ayer bajó la temperatura y el atardecer porteño se prestó para aperitivos y repasos de actualidad en un conocido bistró de la zona de Plaza San Martín. Enero se despidió con un aprobado para el Gobierno y la perspectiva de que la estabilidad financiera, recuperación suave y división peronista mediante, conduzcan a Mauricio Macri, aunque sea por muy poco, hacia un segundo término adonde, allí sí, y ya sin ataduras, hará lo que quiere hacer. Sobre esos temas habló El Economista con un operador del mercado.

El comienzo financiero de 2019 viene siendo muy auspicioso. Sin ir más lejos, hoy fue un día muy bueno: bonos y S&P Merval para arriba y dólar para abajo. En la city se preguntan si es puro contexto global y mayor apetito por emergentes en general o que el mercado está empezando a ver las correcciones macro que quería aquí en Argentina. O un mix. ¿Usted de qué lado de la grieta está?

Un mix. Sin una mejora global como la actual, hubiera sido difícil remontar la mala onda que hubo en la segunda mitad de 2018. Eso sí, siempre con nuestro peculiar beta alto: en 2017 fuimos los mejores y en 2018, los peores. En 2019 venimos bien, por ahora. En lo local, el mercado está viendo con buenos ojos que el cumplimiento de la regla monetaria se está logrando, y sobra algo todos los meses. A la vez, está comprando dólares, fortaleciendo reservas e inyectando algo de liquidez para dar oxígeno a la actividad. Si no hubiera elecciones, el veranito financiero seguiría. Los bonos y algunas acciones están bajos. Pero, bueno, hay que votar y hasta que no haya más claridad, la cautela primará y también veremos alguna dolarización preelectoral. El Gobierno debe tratar de llegar lo más tranquilo posible a la previa para aminorar la eventual volatilidad. Si pasamos bien febrero, podemos tener meses tranquilos, algún tipo de círculo virtuoso entre economía y consolidación electoral de Cambiemos que se retroalimente. Asigno 80% de probabilidad para ese escenario.

Pensando en los meses que vienen y el pulso de la actividad. ¿Cosecha mata tasa alta o, como dice Pablo Goldin, las provincias se recuperará en V y las ciudades en L?

a a haber disparidades sectoriales, y también regionales. Además, estadísticas, dado que el agro cayó 30% en 2018. Por cierto, todos los rubros ligados con el mercado interno y las pymes industriales del conurbano seguirán más complicadas. Los bienes durables, también, porque por más que caiga la tasa seguirá siendo alta para que se expanda el crédito.

Volviendo a la primera pregunta, está el “factor Carrió” también. Ayer, cargó contra Edenor y Edesur y no en un tema menor: la Revisión Tarifaria Integral (RTI).

Siempre jode, es cierto, pero cuando no pasa de una declaración, no me preocupo?mientas no sea lo que hicieron los radicales en abril de 2018.

José Luis Espert se lanza y no lo baja nadie. ¿Superará las PASO?

Dudo que pueda armar una estructura a nivel nacional pero si se lanza no creo que pase las PASO. El país no es Twitter ni la mesa de (Alejandro) Fantino.

Por último, ¿dónde ponemos el dinero?

Siempre hay que diversificar, pero el bono que más me gusta es el Bonar 24, que además amortiza un tercio en 2019 y hay algunos papeles para quien sabe mirar.

Entre la multitud aparece, copa en mano, un consultor político (siempre bien dateado) y la pregunta surge sola.

¿Puede ganar Mauricio Macri? Las encuestas volvieron a caer en enero?

No.

Pero si nadie “mide” en la oposición, salvo Cristina, es cierto, pero tiene un techo bajo y ni se sabe si jugará?

La única forma de reelegir es que la oposición no arme nada interesante y sería subestimarlos pensar que dejarán pasar la oportunidad.

También hay egos, celos y demás?son humanos.

No podemos saber cómo se armará la oposición. Esa te la doy. Pero vos dame un caso, internacional incluso, de un gobierno ante una crisis económica como la actual y con una población a pan y agua bajo la tutela del FMI que haya sido reelecto. Las encuestas de aprobación, expectativas y situación personal son un desastre y 2019 no va a ser un buen año. Mauricio tiene los 30 puntos del pueblo blanco radical, que no vota ni loco a los peronistas y acompañará en cualquier caso: pasó en 1989 con (Eduardo) Angeloz y con (Ricardo) López Murphy en 2003. ¿Pero cómo puede Macri sumar siquiera un punto más allá de eso? Está muy difícil.

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