En un primero de mayo más que tenso, la policía francesa se enfrentó con cientos de anarquistas vestidos de negro en París y otras ciudades durante las protestas encabezadas por sindicatos contra el aumento de la edad de jubilación del presidente Emmanuel Macron.
Los manifestantes arrojaron bombas molotov y fuegos artificiales a la policía de París, incendiaron materiales de construcción y destrozaron paradas de autobús. Por su parte, la policía respondió con gases lacrimógenos.
La violencia también estalló en Lyon y Nantes, donde se incendiaron algunos vehículos y se destrozaron locales comerciales. En total, según el Ministerio del Interior, cerca de 200 personas fueron arrestadas en un día en que unas 782.000 personas salieron a las calles.
El mes pasado, Macron elevó la edad de jubilación de los 62 a los 64 años a través de un decreto a pesar de las huelgas. La reforma, que busca evitar un déficit de 15.000 millones de euros para 2030, también adelantó a 2027 la exigencia de cotizar 43 años, y no 42, para cobrar una pensión completa.
Según las encuestas de opinión, una gran mayoría de los franceses se opone a una edad de jubilación más alta.
Sin embargo, desde el gobierno argumentan que los pagos de pensiones, como porcentaje de los ingresos previos a la jubilación, son cómodamente más altos que en otros lugares y un hombre francés suele pasar más tiempo jubilado que los de otros países de la OCDE.