En lo que representa un duro golpe para el Partido Popular, este jueves Pedro Sánchez ha dado un paso más que importante de cara a su objetivo de ser reelecto presidente: el Partido Socialista (PSOE) designó su candidato como presidente de la Cámara Baja del Parlamento con el apoyo de los partidos separatistas catalanes.
Tras las elecciones del pasado 23 de julio, ningún partido había logrado alcanzar los 176 escaños necesarios para obtener la mayoría parlamentaria. Por ello, ahora tanto el PP como el PSOE, que terminaron primero y segundo, respectivamente, están negociando con partidos menores para formar gobierno.
Este jueves, Francina Armengol fue nombrada presidenta después de obtener 178 votos en el Parlamento de 350 escaños, mientras que el candidato del partido conservador obtuvo solo 137 votos.
Ahora, el PSOE buscará formar gobierno con el apoyo de su socio de extrema izquierda Sumar y un tapiz de partidos más pequeños, incluidos los separatistas catalanes Esquerra Republicana (ERC) y Juntos por Cataluña (Junts).
Precisamente, Armengol fue líder de la región de habla catalana de las islas Baleares desde 2015 hasta junio de 2023, gobernando en coalición con Podemos, de extrema izquierda, y un partido hermano de ERC. Por ello, su candidatura fue vista como un guiño a los partidos catalán, vasco y gallego.
Sin embargo, el PSOE aún parece estar lejos de obtener el apoyo necesario para que Sánchez continúe en el poder: el líder de ERC, Gabriel Rufián, explicó que, si bien el partido había apoyado al candidato socialista a presidente del Congreso, eso no implicaba apoyo a la formación de un gobierno.
Por su parte, Junts ha dejado claro que sus condiciones para apoyar a Sánchez en un voto de investidura son el permiso para celebrar un nuevo referéndum de independencia en Cataluña y una amnistía para todos los separatistas que enfrentan cargos legales, incluido el líder Carles Puigdemont.
