Este miércoles, los ucranianos continuaron abandonando sus casas luego de lo que fue la destrucción de una represa el día martes.
Los residentes caminaban por las calles inundadas, mientras que los rescatistas usaban botes de goma para buscar en las áreas donde el agua llegaba a la altura de la cabeza.
Según el gobierno de Ucrania, el diluvio dejaría a cientos de miles de personas sin acceso a agua potable, inundaría decenas de miles de hectáreas de tierras agrícolas y convertiría al menos 500.000 hectáreas privadas en "desiertos".
Por el momento, no está claro quién es el responsable de la destrucción de la represa Kakhovka, aunque el presidente ruso, Vladimir Putin, no tiene dudas al respecto: acusó a Ucrania y calificó el hecho como un crimen de guerra "bárbaro".
Aunque Ucrania parece ser la más afectada por esta situación, el Kremlin dijo que Kiev saboteó la represa para restringir el suministro de agua a la península de Crimea, la cual está bajo control ruso desde 2014.
En este sentido, Putin dijo que "las autoridades de Kiev, a sugerencia de sus guías occidentales, todavía están haciendo una apuesta peligrosa sobre la escalada de las hostilidades, cometiendo crímenes de guerra, utilizando abiertamente métodos terroristas y organizando sabotajes en territorio ruso".
"Un claro ejemplo de esto es la acción bárbara para destruir la planta de energía hidroeléctrica Kakhovka en la región de Kherson que condujo a una catástrofe ambiental y humanitaria a gran escala", agregó.
Cabe recordar que, por el momento, todavía sigue siendo un misterio quién es responsable de las explosiones submarinas que rompieron los oleoductos Nord Stream 1 y Nord Stream 2, que unen Rusia y Alemania a través del mar Báltico.
El martes, The Washington Post reveló que Estados Unidos se enteró de un plan ucraniano para atacar los gasoductos tres meses antes de que fueran dañados.
