Este miércoles, los presidentes de Francia y Brasil, Emmanuel Macron y Lula da Silva, respectivamente, botaron un submarino construido en el país sudamericano con tecnología francesa.
En el marco de la gira de Macron por Brasil, que el martes incluyó una visita a la Amazonía, los mandatarios asistieron a una ceremonia en el astillero Itaguai, cerca de Río de Janeiro, en la que se inauguró el tercer submarino propulsado por diésel construido en una asociación de US$ 10.000 millones.
Dicha asociación tiene como objetivo final construir el primer submarino de propulsión nuclear de Brasil para finales de la década.
Respecto a la ceremonia, la primera dama de Brasil, Janja da Silva, estrelló una botella de Champagne en la proa del submarino Tonelero y los dos presidentes accionaron una palanca que envió al buque clase Scorpene al mar.
El programa de submarinos, iniciado en 2008 durante el anterior mandato presidencial de Lula, es una asociación con el Grupo Naval estatal francés en el que participa el contratista de defensa Thales.
El programa, llamado ProSub, es el mayor proyecto de cooperación internacional de Brasil en el sector de defensa, y apunta a proteger su soberanía sobre las aguas de donde proviene el 85% del petróleo del país y el 75% del gas.
El gobierno brasileño dijo que su flota de submarinos es necesaria para defender la costa del país de casi 7.500 kilómetros y las aguas del Atlántico donde está desarrollando campos petroleros marinos.
El martes, Macron estuvo presente junto a Lula en la ciudad amazónica de Belem, donde se organizará la COP30 de la ONU en 2025.
En los últimos meses, las tensiones entre Francia y Brasil han ido en aumento, principalmente por la negativa del líder galo de avanzar con el acuerdo entre la Unión Europea y el Mercosur por los niveles de deforestación en la Amazonía.
Por ello, durante su encuentro, Lula y Macron se comprometieron a trabajar juntos para detener la deforestación en el Amazonas para 2030.
