Este miércoles, el presidente de Brasil, Lula da Silva, inició su gira europea reuniéndose con la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, y con el papa Francisco.
Meloni recibió a Lula en el Palacio Chigi y ambos celebraron una reunión considerada como "de cortesía" y "cordial".
El encuentro duró algo más de una hora y repasaron "los principales temas internacionales", con especial hincapié en la guerra entre Ucrania y Rusia, además de analizar las relaciones bilaterales entre Brasil e Italia.
Previamente, Lula se había reunido con su homólogo Sergio Mattarella, quien le expresó su "gran aprecio" por "la defensa de la democracia" tras los ataques contra edificios gubernamentales en Brasilia durante enero.
"Ha sido un momento muy importante para la democracia", agregó el mandatario italiano.
Por último, antes de viajar este jueves a París, el líder del PT fue recibido por el papa Francisco en el Vaticano con quien también analizó la cuestión de la guerra en Ucrania.
El encuentro con el Papa duró unos 45 minutos y Lula le agradeció por la "buena conversación sobre la paz en el mundo".
La Santa Sede informó de que durante la reunión "se expresó agrado por las buenas relaciones" bilaterales, "subrayando la buena colaboración entre la Iglesia y el Estado para la promoción de los valores morales y del bien común".
"Se ha dado un positivo intercambio de puntos de vista sobre la situación socio-política de la región y se han detenido a abordar algunos temas de interés común, como la promoción de la paz y de la reconciliación, la lucha contra la pobreza y las desigualdades, el respeto por las poblaciones indígenas y la protección del medioambiente", agregó el comunicado.
Este jueves, Lula partirá hacia París y el viernes se reunirá con su par francés Emmanuel Macron con quien, entre otras cuestiones, abordará "el endurecimiento del acuerdo Mercosur-Unión Europea aprobado por el Parlamento francés".
Antes de su encuentro con Macron, este jueves Lula asistirá en la capital francesa a la cumbre mundial que busca reformar la arquitectura de las finanzas globales para responder en mejores condiciones a los desafíos del cambio climático.
