Tras varios meses de protestas, la tensión ha ido en descenso en Perú, aunque parece que el daño ya está hecho: el PIB podría cerrar el primer trimestre con un crecimiento de alrededor del 0% respecto al mismo periodo del 2022.
En enero, la actividad económica del Perú se vio afectada por las protestas sociales y el bloqueo de carreteras, especialmente en el sur del país.
Según el Instituto Nacional de Estadística e Informática, el PIB peruano inició el 2023 con una caída del 1,1%, su primera evolución negativa desde febrero del 2021.
Los sectores más afectados fueron los vinculados a la demanda interna, como transporte, construcción y servicios financieros. El sector minería también se vio perjudicado debido al cierre temporal del Corredor Minero del Sur, que afectó la producción de importantes productoras de cobre de Apurímac y Cusco, así como por la paralización de la mina de estaño Minsur, en Puno.
Por otra parte, el Departamento de Estudios Económicos del Scotiabank estimó que en febrero el PIB presentaría una mejora relativa, ubicándose entre 0% y -0,5%, ya que a partir de la segunda quincena de ese mes se mostró un declive en las protestas sociales y una gradual normalización de la actividad económica.
Desde el 7 de diciembre, fecha en la que Pedro Castillo fue destituido por intentar cerrar el Congreso, el número de muertos en las protestas asciende a 67.
