La cifra de muertos sigue en ascenso en la Franja de Gaza y muchos ya comienzan a sugerir que la situación podría convertirse en un genocidio de palestinos.
Este jueves, en su ataque contra Hamás, las fuerzas israelíes avanzaron más hacia Gaza, la principal ciudad de la Franja, aunque el grupo terrorista resistió con golpes y ataques desde túneles subterráneos.
"Estamos en el punto álgido de la batalla. Hemos tenido éxitos impresionantes y hemos pasado las afueras de la ciudad de Gaza. Estamos avanzando", dijo el primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu.
Sin embargo, la principal preocupación de la comunidad internacional es la situación de los millones de palestinos que viven en la Franja, ya que están sufriendo la escasez de alimentos, combustible, agua potable y medicinas.
"El agua se está utilizando como arma de guerra", afirmó Juliette Touma, portavoz de la agencia de la ONU para los refugiados palestinos (UNRWA), quien también detalló que más de un tercio de los 35 hospitales de Gaza no funcionan y muchos de ellos se han convertido en campos de refugiados improvisados.
Desde el 7 de octubre, fecha en la que Hamás atacó Israel y mató a 1.400 civiles, el país judío ha estado bombardeando la Franja de Gaza, en donde ya se registran 9.061 muertos, incluidos 3.760 niños y 2.326 mujeres.
Ante la escalofriante cifra, siete relatores de la ONU advirtieron, en una declaración en Ginebra, que "seguimos convencidos de que el pueblo palestino corre un grave riesgo de genocidio".
"Exigimos un alto el fuego humanitario para garantizar que la ayuda llegue a quienes más la necesitan", agregaron.
Según la Corte Penal Internacional, el crimen de genocidio está definido como la intención específica de destruir total o parcialmente a un grupo nacional, étnico, racial o religioso mediante el asesinato de sus miembros o por otros medios, incluida la imposición de medidas destinadas a impedir nacimientos o el traslado forzoso de niños de un grupo a otro.
