La lira turca sigue en caída libre. Tras la baja del lunes, hoy sufrió uno de sus peores retrocesos históricos diarios y llegó a perder el 13% de su valor frente al dólar, aunque al final de la jornada pudo recortar la sangría.
En lo que va del año, la moneda turca ya perdió el 43% de su valor. Lo ocurrido ayer estaría directamente relacionado con la decisión del Banco Central de Turquía del pasado jueves, cuando recortó su tipo de interés oficial en 100 puntos básicos (hasta 15%), muy por debajo del nivel de inflación de casi el 20%. En un contexto donde todos los países, salvo excepciones, están subiendo sus tasas.
En total, desde septiembre, el Banco Central de Turquía recortó más de 400 puntos las tasas pese a la alta inflación y a que los demás bancos centrales del mundo están yendo en la dirección opuesta.
En marzo, el entonces gobernador Naci Agbal abogó por implementar una política restrictiva de los créditos, pero fue despedido por el presidente Recep Erdogan y remplazado por el economista y columnista de un diario progubernamental, Sahap Kavcioglu. Además, fueron despedidos los integrantes del Comité de Política Monetaria del banco que se oponían a reducir el costo del dinero por debajo de la inflación.
Sin embargo, la brusca caída del día de ayer sería consecuencia del discurso de Erdogan del lunes por la noche, cuando volvió a defender su política monetaria y criticó a aquellos que defienden una política de intereses altos para luchar contra la inflación.
El líder turco definió sus políticas económicas como “una guerra económica de independencia” y rechazó las políticas monetarias “que contraerían nuestro país, lo debilitarían y condenarían a nuestro pueblo al desempleo, al hambre y a la pobreza”.
El 28-D de Ankara
La intromisión de Erdogan tiene evidentes similitudes con el infame 28D de Argentina cuando el “ala política” del Gobierno de Mauricio Macri, deseoso de estimular la actividad económica, se metió en la independencia del BCRA. En rigor, Marcos Peña y compañía fueron más elegantes que Erdogan y los suyos.
Pero la similitud va más allá de la intromisión: ambos sucesos comparten efectos. Algo que viene señalando Lucas Llach, N°2 de Federico Sturzenegger en aquel entonces, y muy crítico de esa movida, que intentaron contener.
“El BC de Turquía bajó la tasa por presión de Erdogan. Adivinen qué pasó con el dólar en Turquía. PERO LA TASA NO TIENE NADA QUE VER CON LA INFLACIÓN”, tuiteó días atrás.
