En Brasil, los analistas del mercado hicieron varios ajustes en sus proyecciones económicas que son relevadas semanalmente por el Banco Central.
Según la mediana de los pronósticos, la suba esperada del PIB en 2019 pasó de 0,92% a 0,99% y la del año que viene se incrementó, por tercera semana consecutiva, de 2,17% a 2,20%. En el caso de la producción industrial, se mantuvo en 2,30% la expansión esperada para 2020.
En materia de inflación, hubo una corrección al alza dado que ahora se estima que el Indice de Precios al Consumidor Amplio subirá 3,46% contra 3,33% de la semana pasada. Para el año que viene, el pronóstico se mantuvo en 3,60%. En ambos casos se ubicaría por debajo de la tasa central de la meta de inflación que es de 4,25% y 4% respectivamente.
La tasa Selic cerraría el año a 4,50%, por lo cual el mercado descuenta que el Banco Central la recortará en medio punto en su reunión prevista para los días 10 y 11 de diciembre. A su vez, se proyecta que el dólar cotizará a 4,10 reales a fin de año, una suba frente a los 4 reales estimados la semana pasada. La devaluación del real en las últimas semanas, en línea con lo que ocurrió con otras monedas de la región, llevó a ajustar el pronóstico.
En el frente externo, se sigue corrigiendo a la baja el superávit comercial tanto para este año como para 2020 cuando llegaría a US$ 41.000 millones, US$ 3.600 millones menos que el estimado para 2019.
Los números fiscales tendrían una mejora el año que viene dado que el resultado primario mostraría un desequilibrio de 1,10% del PIB y el nominal de 5,94%, contra 1,20% y 6,10% con los que respectivamente cerraría 2019.
Para Argentina, más allá de la retórica de Brasilia y las amenazas a la continuidad del Mercosur, si Brasil consolida su recuperación puede ser un gran aporte para su economía y en particular para el sector industrial.
