En enero, tras un duro 2022, la inflación interanual se desaceleró al 8,5% en la Unión Europea, aunque la cifra continúa estando muy por encima del objetivo del 2% del Banco Central Europeo.
En este sentido, Christine Lagarde, presidenta del BCE, también advirtió que la inflación subyacente en la zona euro se mantendrá alta en el corto plazo, por lo que un aumento de la tasa de interés de 50 puntos básicos a fines de este mes es casi una obviedad.
El BCE ya elevó las tasas en 3 puntos porcentuales desde julio y esencialmente prometió otro aumento de medio punto porcentual el 16 de marzo, aunque los inversores han especulado recientemente sobre un movimiento aún mayor debido a los malos datos de inflación.
Para Lagarde, el aumento señalado ahora es "muy, muy probable". Además, mencionó que la inflación subyacente, que filtra los precios volátiles de los alimentos y los combustibles, podría permanecer alta incluso si la tasa de inflación general cae en los próximos meses.
Varias autoridades han considerado recientemente que las subidas de tasas del BCE deben continuar hasta que la inflación subyacente se revierta y empiece a caer hacia el objetivo del 2% del BCE.
La inflación subyacente subió a un máximo histórico del 5,6% en enero y algunos políticos temen que el aumento se deba ahora a un incremento de los salarios en el sector de los servicios.
"Debemos seguir tomando las medidas que sean necesarias para que la inflación regrese al 2%. Y así lo haremos", dijo Lagarde, que agregó que la economía de la zona euro se está manteniendo mejor de lo que se esperaba y que la producción debería acelerarse desde el estancamiento del último trimestre de 2022.
