Jair Messias Bolsonaro reafirmó su alianza vital con los evangélicos de Brasil asistiendo este jueves a la Marcha para Jesús que se celebra cada año en San Pablo. Por primera vez un presidente de la república se unió a esta celebración masiva de casi 3 millones de personas según los organizadores.
Bolsonaro, ex capitán del ejército y congresista de siete mandatos, fue elegido en octubre pasado por votantes brasileños enojados por la corrupción generalizada y el aumento de la violencia.
“Ustedes fueron decisivos para cambiar el rumbo de Brasil”, proclamó el presidente a la multitud. “Todos sabemos que nuestro país tiene problemas de ética, morales y económicos. Pero sabemos que podemos ser el punto de inflexión”.
Bolsonaro asistió para agradecer a su mayor núcleo duro de votantes: los evangélicos no paran de crecer en Brasil. Rondan el 30% de los 190 millones de habitantes. La bancada de parlamentarios evangélicos tampoco deja de aumentar. Aunque Bolsonaro es católico, su esposa actual es evangélica, como sus hijos.
También fue por una promesa. El año pasado fue por primera vez al mayor evento evangélico de Brasil como candidato presidencial con una campaña cuyo lema era "Brasil por encima de todo, Dios por encima de todos". Prometió regresar como jefe del Estado si ganaba.
La misma noche de su victoria tuvo el primer gesto al protagonizar una oración televisada con un pastor. Con él, buena parte de la agenda de este colectivo heterogéneo, llegó a la cima del poder.
Después de asistir a la marcha religiosa de cristianos evangélicos, Bolsonaro dijo que si el Congreso no reforma sustancialmente el sistema político de Brasil, considerará postularse nuevamente en 2022, a menos de seis meses desde que asumió el cargo y a pesar de haber prometido durante la campaña electoral eliminar la reelección de los presidentes brasileños.
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