Con un drástico giro a media rueda, el mercado argentino cambió completamente de dirección a medida que la resistencia al cambio propuesto por el presidente Javier Milei iba encontrando más y más piedras en el camino.
Hasta poco después del mediodía todo apuntaba a números ciertamente espectaculares, pero luego transcurrió el acto del paro de la CGT, con la violencia verbal de Pablo Moyano (amenazando con tirar al ministro de Economía al Riachuelo) otra vez de regreso, un fallo de una jueza laboral trabando seis artículos de la reforma laboral y, fundamentalmente, más nudos en el avance de la Ley Ómnibus, que se iba a tratar este jueves, pero finalmente, con marcha atrás de algunos legisladores, todo apunta a que la discusión se trate en el recinto de Diputados recién el martes.
Hasta antes de que aparecieran esos tres elementos que le ponen más barreras a la reorganización argentina, la firmeza de los bonos era muy importante, el riesgo país tendía a acercarse otra vez a 1.850 puntos, los dólares libres estaban sin pilas y los primeros contactos por la nueva licitación del Bopreal venían con buena tendencia.
Pero llegaron los tres paredones: uno sindical, otro legislativo y otro judicial y finalmente el dólar libre volvió a saltar (por lo que ya acumula un salto del 32,8% en lo que va de enero), los bonos terminaron bastante más tranquilos, con una leve suba del riesgo país (en casi 1.900 puntos) y sólo la Bolsa porteña y los ADR argentinos en Nueva York siguen viento en popa, como si adivinaran que la transformación no tiene vuelta atrás y es imparable.
Uno de los veteranos operadores de la city comentó: "Es posible que este furor que tiene la Bolsa argentina en el arranque de 2024 tenga que ver con la convicción de que al llegar a la Corte el DNU de Milei terminará sobreviviendo. De hecho, con solo el cambio en la ley de alquileres, liberando todo, desregulando y dejando a las partes que negocien solas, el mercado inmobiliario acaba de mostrar una erupción vertical. Según los escribanos, la cantidad de escrituras de inmuebles en CABA en diciembre tuvieron un fuerte aumento del 12,1% contra noviembre y del 7,2% contra diciembre de 2022, y los precios firmados en dólares en esas escrituras porteñas anotaron en diciembre un violento salto del 39% contra noviembre y una suba del 10,7% contra diciembre de 2022. Si dejan que la desregulación siga, esto puede ser muy fuerte. Si lo paran, será otra vez más de lo mismo, como pasa desde hace 12 años".
Mientras Argentina lucha en este nudo de su historia, con muchos de los que votaron por Milei heridos por una inflación imparable y por sueldos que tardan en ser ajustados, el mundo también está viviendo exámenes considerables.
Por ejemplo, se vio que las tasas largas de EE.UU. se siguen aplanando, con las puntas cada vez más cercanas, ya que se pagó 4,8% anual a 1 año de plazo, 4% a 5 años, 4,2% a 10 años y 4,4% a 30 años. Y eso hizo que en el exterior el dólar global terminara bajando en bloque contra todas las monedas: cedió 0,6% en Japón y México, 0,5% en Brasil, 0,4% contra el euro, la libra y el chileno, y cedió 0,3% en China.
En el mercado cambiario argentino, esa tranquilidad inicial fue tomando temperatura a medida que se conocían las secuelas del paro, de lo frenado en el Congreso y de la nueva objeción en la Justicia.
Así, con el blue quieto en su récord, los dólares financieros libre siguieron subiendo. A pesar de tener un dólar exportador de $ 956,23, lo cual le permitió al BCRA comprar US$ 164 millones en el mercado (con 31 ruedas al hilo con adquisiciones) y con un cierre de día en el que la autoridad monetaria pudo sumar US$ 178 millones a las reservas, los dólares libres no se apagaron.
El dólar blue no cambió y siguió en su récord de $1.255 y el Senebi bajó 28 centavos hasta $1.289, pero el MEP subió $10,11 hasta $1.243,33 y el contado con liquidación subió $9,79 hasta $1.298,61. Por lo que la brecha entre el oficial y el blue fue del 44% y la del CCL con el mayorista se ubicó en 58%.
Mientras ese ida y vuelta cambiario ocurría, los bonos hacían pico y luego se tranquilizaban, hasta que al final del día, con buen volumen, los títulos públicos argentinos mejoraron apenas pero el riesgo país subió 5 unidades hasta 1.897 puntos básicos, es decir casi 50 puntos por arriba del valor que se había visto hasta que la ola de resistencia al cambio cayó como un mazazo sobre el mercado.
En cuanto a los papeles privados, a medida que se acerca la reunión de dos días que tendrá la Fed para definir qué hará con su tasa base, la cotización de los índices bursátiles también hicieron una parábola de mayor a menor.
De ese modo, con rueda mixta, la Bolsa de Nueva York terminó con los peores precios del día con baja del 0,3% para el Dow, suba del 0,1% para el S&P y alza del 0,4% para el Nasdaq. En tanto que la Bolsa de San Pablo cedió 0,3% y la de México también bajó 0,3%.
A nivel local, como si los inversores especializados adivinaran otra cosa, los negocios con acciones tuvieron más volumen y mayor suba en las cotizaciones. Con $28.062 millones operados en acciones y $27.350 en Cedears, la Bolsa de Buenos Aires subió otro 3,7%. Al tiempo que los ADR argentinos en Nueva York finalizaron con subas del 1% al 4% para Macro, YPF, Supervielle, Pampa E, Despegar, Galicia, Francés y Edenor, con baja del 1,5% para Loma Negra.
Finalmente, desafiando la pelea contra la inflación mundial, que se les está haciendo nuevamente difícil a los principales bancos centrales del planeta, las commodities volvieron a tener otro día con precios firmes.
Hubo suba del 0,9% para el petróleo, los metales preciosos y básicos actuaron mixtos, en Chicago los granos subieron en bloque, mientras que en Rosario estuvieron mixtos. Y la gran indecisión del día estuvo en el mundo cripto, donde el Bitcoin busca defender un piso, logrando una suba del 1,4%, en tanto que el resto de las criptomonedas estuvieron con tendencia mixta y con un verdadero mar de dudas.
