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Las Letras del Tesoro entran en zona de definición electoral

El mercado argentino se encontrará entre hoy y mañana con una nueva verdad. Será la Letra del Tesoro con vencimiento en enero. Por el momento los negocios están tranquilos, con dólar quieto, tasas bajando y acciones repuntando, pero bonos muy pesados, sin reacción.

10 junio de 2019

Por Luis Varela 

El mercado financiero argentino entra en zona de definiciones. Ayer votó el 14% del padrón electoral y empiezan a verse las preferencias de los votantes. En general van ganando los oficialismos. En buena medida peronismos que hasta hace poco no estaban en línea ni con los K ni con los M. Veremos qué ocurre en las próximas semanas.

Pero para conocer la variación en los números que habrá en las finanzas por este proceso electoral no habrá que esperar tanto. Hoy y mañana se licitan Letras del Tesoro con las que el Gobierno buscará conseguir US$ 900 millones. Lo hará con dos propuestas:

1- Se ofrece una letra corta, que vencerá después de las PASO pero antes de la primera vuelta de la presidencial de octubre. El papel es a 105 días, con vencimiento el 27 de septiembre. Y hay expectativa de que la tasa que se pague se ubique entre el 4,5% y el 5,5% anual.

2- Y también se propone una letra larga, a 217 días, con vencimiento el 17 de enero de 2020, es decir después de la PASO, más allá de la primera vuelta, posterior al eventual balotaje y también superando por más de un mes al cambio de período presidencial. Por estas cuestiones, durante todo el fin de semana analistas, operadores e inversores fueron intercambiando llamados para conocer un solo dato: cual va a ser la diferencia de tasa entre ambos plazos.

La tasa de las Letes, financiamiento muy corto que es utilizado por algunos inversores como plazo fijo un poco más extendido, inició el año con una tasa del 4% anual, pero ese nivel se fue calentando a medida que Macri fue retrocediendo en las encuestas, con el kirchnerismo empezando a aparecer con alguna chance de volver a la Rosada.

En las posiciones que se realizaron últimamente, la tasa de las Letes llegó hasta el 5,5% anual, con los últimos llamados algo más bajos, porque los vencimientos eran muy cortos. Pero ahora, casi con ánimo de testear al mercado, se ofrecen dos papeles, uno corto, entre la PASO y la primera vuelta, y el otro, cuando todo el poder político ya esté definido.

Al ser consultados sobre qué nivel de tasa se terminará pagando, los analistas optaron por no opinar con nombre y apellido, porque el riesgo de equivocarse es alto. Pero, con el nombre a resguardo, casi ninguno imaginó para la Lete más larga una tasa de interés ni por asomo inferior al 6% anual.

Hay varias razones para este salto en la tasa, y algunos elementos que deberán ser tenidos en cuenta a la hora de analizar ciertamente cuál es el resultado cierto de toda esta licitación.

Lo primero que hay que mirar es si el comprador de la Lete es un espectro de inversores privados, o si se trata de organismos públicos que salen a posicionarse en Letes por cuatro o siete meses.

Es altamente probable que la Anses sea uno de los organismos que coloque dinero en estos papeles. Si la decisión del Gobierno es realizar esta colocación, no será una reacción del mercado, sino una intención puramente oficial.

¿Por qué los analistas esperan de los privados un pedido de tasas tanto más alto que lo que se usaba hasta ahora? Simple: uno de los dos candidatos que puede ganar la elección advirtió que la deuda pública es impagable tal como está, y va a tener que ser refinanciada.

Se sabe, hoy Argentina tiene un déficit fiscal del 1,8% del PIB después de intereses de la deuda, y países como Brasil, España, Polonia u otros tienen déficits mucho más altos, e incluso tienen por delante vencimientos más abultados que los que debe enfrentar Argentina, pero hay una gran diferencia: los mercados voluntarios le prestan dinero a esos países, mientras que aquí, sólo es el FMI el que está financiando.

Los analistas creen que si Macri logra la reelección, el Fondo seguiría financiando al país, hasta que salga lentamente del atolladero, como lo está haciendo Grecia. Pero temen que si los Fernández fueran los ganadores, es muy probable que el FMI se retire, y que exija cumplir con los pagos, por lo que una refinanciación sería inevitable.

Jugado hacia ese horizonte, con los resultados electorales que van apareciendo, con los índices de inflación que se vayan dando, el gobierno de Macri está haciendo todo el esfuerzo para lograr ser reelegido: no parece haber muchas chance de que gane en primera vuelta, pero sí que lo haga en el balotaje.

Como parte del esfuerzo que está realizando, el Gobierno ancló el precio del dólar y lo mantiene frenado algo por debajo de los $ 45 a nivel mayorista y en la zona de los $ 46 a nivel minorista a lo largo de las últimas siete semanas.

Este freno no fue gratuito. Además de ir pagándose los cupones de vencimiento de deuda que van llegando, Hacienda realiza una venta de US$ 60 millones por día y el Banco Central opera permanentemente en el mercado del dólar a futuro.

Así, detrás de eso, en los últimos dos meses las reservas del Banco Central se achicaron de manera considerable. Hacia el 10 de abril último, luego de una cuota prestada por el FMI, el respaldo del organismo había llegado a US$ 77.481 millones y ahora quedan US$ 64.765 millones.

O sea, durante algunas semanas de gran puja en las encuestas, con los Fernández emergiendo como posibles ganadores, las reservas se achicaron en nada menos que US$ 12.716 millones, por lo que se perdió el 16,4% de lo que había.

Muchos de esos dólares fueron a cancelar papeles con tasas de interés muy altas, y están siendo pagados por dólares del FMI, que cobra 3,5% anual, pero bajo ciertas condiciones políticas. Y a lo largo de esta semana se espera que entre otra cuota del préstamo, por lo que las reservas volverían a colocarse algo arriba de los 75.000 millones de dólares.

Con todo ese proceso, la Lete que se licita hoy y mañana empieza a confrontar con otros títulos públicos argentinos que van venciendo a lo largo de 2020. Frente a esto, uno de los papeles que más atención está focalizando es el Bonar 2020, en la jerga financiera denominado con la sigla AO20.

El AO20 es un titulo bullet, es decir que tiene pago único al vencimiento, el 8 de octubre de 2020, con una tasa de interés del 8% anual pagada semestralmente, los 8 de abril y 8 de octubre de cada año. Por el proceso de amortización, a este papel le queda un pago de intereses el 8 de octubre de 2019, otro pago de intereses el 8 de abril de 2020 y el pago final el 8 de octubre de 2020.

El gran tema de este título es que los inversores desconfían tanto de lo que pasará tras la elección presidencial que su valor de mercado, valor contado, está tan caído que su tasa al vencimiento, en dólares, llega nada menos que al 18,85% anual.

O sea, hoy y mañana el mercado tendrá una Lete que podrá pagar por arriba del 6% anual, o vaya a saber cuánto, con vencimiento en enero y este bono AO20 que promete pagar 18,85%.

De ahí que en los últimos días, mientras el Gobierno se encarga de que el dólar no entregue malas noticias, con tasas de interés que siguen muy por encima de la inflación estimada (40% anual de los precios y entre 51 y 55% anual los plazos fijos), los papeles privados pudieron levantar cabeza pero los bonos argentinos siguieron bastante planchados.

Desde que Cristina se bajó a candidata a vicepresidenta y desde que el FMI le dio al BCRA la venia para que opere dentro de la banda cambiaria, el dólar se detuvo y las tasas bajaron de manera ínfima, pero la Bolsa de Buenos Aires logró subir nada menos que 21% en dólares. Eso sí, con un clima completamente selectivo.

En junio hay papeles como Morixe, Valores, Santander Rio, Macro y ByMA, que suben entre 10% y 15%, y papeles como Boldt, Dycasa, Galicia, Telefónica, Petrobras, YPF, Juramento, Francés, Introductora y Tenaris, que avanzan entre 5 y 10%. Hasta compañías como Grimoldi que se desplomó 24% o firmas como Caputo, TGLT, Rigolleau, IRSA, Polledo, Cresud, Molinos, Longvie, San Miguel y Ferrum, que pierden entre 4 y 10%.

Pero probablemente la mayor de todas las señales, donde efectivamente puede empezar a adivinarse el tamaño de la tasa que pagará la Lete desde mañana, es en el precio de los bonos.

En lo que va de junio el promedio de títulos públicos mejora apenas 0,5%. O sea, los bonos argentinos no suben igual que las acciones, están mucho más pesados para reaccionar. Eso sí, el panel está muy selectivo.

En lo que va de junio hay papeles que suben entre 5% y 10% (DIA0, c026, AA25, AA37, DICA, PARA, BPLD, PARY, PR15, AC17, TJ20 y TVPY). Y otros papeles que están con evolución negativa, como el AY24, bono que más se negocia en este mercado, y otros papeles como TVPP, PR13, TC21, PUM21, TVPA, PBY22 yTC20, todos con bajas que demuestran la preocupación de los inversores.

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