"En el mercado internacional, Vaca Muerta nos ofrece la oportunidad para incrementar las exportaciones de ciertos insumos petroquímicos, agregando valor, aportando así divisas a la economía argentina".
La frase pertenece a Jorge de Zavaleta, director ejecutivo de la Cámara de la Industria Química y Petroquímica (CIQyP), quien aseveró que por datos que tenemos de la calidad del gas asociado y gas húmedo de Vaca Muerta, los contenidos de "líquidos de Gas Natural" que comprende etano, propano, butano y gasolina natural, son dos veces más altos que en el gas convencional.
"Si a eso le sumamos que la producción de gas se puede duplicar en el tiempo (quizás de aquí al 2030) va a haber suficiente disponibilidad de materias primas para producción petroquímica. Esto permitiría pensar en inversiones debido a disponibilidad de materias primas en volumen y a precios competitivos de mantenerse el precio interno en export parity de LNG", explicó.
De acuerdo con un trabajo de prospectiva realizado por la CIQyP en el mediano plazo (hasta 2035) "consideramos que esta quinta ola de inversiones tiene muchas chances de producirse en la industria petroquímica".
Jorge de Zavaleta afirmó que el proyecto de duplicar la capacidad de producción de urea de Profertil está avanzado y fue confirmado por las autoridades de YPF, que son socias de la empresa, sin tener fecha cierta aun hoy.
"Asumiendo que los volúmenes de líquidos de gas natural se incrementarán significativamente, darán una gran posibilidad de producir etileno y propileno (materias primas básicas) para plantas de tamaño global de polietileno y polipropileno. También existe la posibilidad de producir metanol a partir de gas natural muy competitivo habida cuenta de su potencial uso como combustible de baja emisión para barcos ", remarcó.
El directivo consideró que "por supuesto que estas inversiones, con el recientemente aprobado régimen RIGI, serían mucho más factibles que se produzcan habida cuenta de los beneficios del régimen".
"Asumimos que las empresas que están evaluando estos potenciales proyectos podrían tener novedades importantes en los próximos años", anticipó.
Aniversario y el impulso del shale neuquino
La industria petroquímica celebró su 74° aniversario el 26 de agosto pasado. Ese mismo día, pero en 1950 se inauguró la primera planta petroquímica de América Latina, en la localidad de Campana (Provincia de Buenos Aires) para la producción de tolueno sintético. Hoy más del 96% de los productos manufacturados tienen relación con el sector.
En Argentina, el sector representa hoy el 4,2% del PIB nacional y sus exportaciones anuales son aproximadamente 19% de las ventas externas totales de manufacturas de origen industrial.
La industria petroquímica argentina representa el 0,9% de la producción global y es la segunda en Sudamérica después de Brasil.
Internamente, al aumentar día tras día la producción de gas no-convencional y la capacidad de transporte a diferentes puntos del país, existe un excelente potencial para monetizar el gas natural y desarrollar la industria del litio y cobre, que le darán un salto cuántico importante a la producción local de químicos y petroquímicos.
"Celebramos no solo un aniversario, sino el impacto duradero que la industria petroquímica ha tenido en nuestra vida diaria. A lo largo de estos 74 años, hemos sido testigos de cómo nuestra cadena de valor no solo ha impulsado el crecimiento económico, sino que también ha mejorado la calidad de vida de los argentinos. A su vez, las expectativas de crecimiento acompañando la monetización de los recursos hidrocarburíferos de Vaca Muerta son un pilar fundamental en el desarrollo de nuestro país. Este aniversario es una oportunidad para reconocer el trabajo de todos quienes han contribuido a este éxito y para reafirmar nuestro compromiso con la innovación y la sostenibilidad", manifestó el titular de la CIQyP.
Argentina tiene una rica historia de inversiones petroquímicas
La primera planta fue la de Tolueno Sintético en Campana en la década del 40 y la instalación de plantas para suministrar productos sustituyendo importaciones. La segunda ola es la que es consecuencia de la "Promoción de la Industria Petroquímica" en los 60. La tercera es la que permitió construir los polos de Ensenada y Bahía Blanca (1° cracker a etano tomando ventaja de la producción de gas natural y su transporte a Buenos Aires).
La cuarta es consecuencia de las privatizaciones en la década del '90 y las expansiones del Polo de Bahía Blanca, Neuquén y desarrollos de midstream para separar los gases ricos. Y la quinta será la consecuencia de monetizar los hidrocarburos no convencionales de Vaca Muerta, en especial, el gas natural y sus componentes ricos.
