El anuncio del miércoles de la compañía aérea Latam, que comunicó su salida del país debido a la crisis y a la dificultad para lograr acuerdos para enfrentar esta situación, generó un impacto fuerte no sólo en el sector aerocomercial, sino en distintos sectores productivos, especialmente, en el turismo.
Sin embargo, según trascendió ayer, el Gobierno intentará buscar una solución a este problema y evitar el cierre de la filial argentina de la aerolínea, lo cual, entre otras cosas, generaría la pérdida de 1.700 puestos de trabajo.
El Gobierno estaría además buscando bajarle un tono a este asunto, el cual aparece justo cuando aún se mantiene la polémica por la intervención y el proyecto de expropiación de Vicentin, a lo que se suma el reciente estancamiento en las negociaciones con los acreedores privados.
El ministro de Transporte, Mario Meoni, dijo ayer que están tratando de “encontrar un camino para que Latam pueda seguir operando” en el país y para que “los trabajadores no pierden su fuente de trabajo”. El ministro de Obras Públicas, Gabriel Katopodis, afirmó que “todavía hay instancias para encontrar una solución”.
Fuentes del sector responsabilizan al Gobierno y a los sindicatos por la drástica decisión de la aerolínea. Afirman que la compañía se reunió varias veces con las partes para acordar suspensiones y reducir salarios en medio de la parálisis total del sector, lo cual no les fue concedido.
El único país del que decidió irse Latam fue de Argentina. La compañía aérea seguirá trabajando localmente en los otros destinos donde se encuentra, como Chile, Brasil, Perú, Paraguay, Colombia y Ecuador.
