La industria automotriz diversifica sus exportaciones

06-02-2017
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por Luis Varela

Un poco por el blanqueo de capitales, que está dejando en libertad a una importante cantidad de dinero, y otro poco por el resabio de promociones y descuentos que están haciendo casi todas las marcas, la venta de autos nuevos literalmente estalló en enero: según informó la Asociación de Concesionarios (ACARA) el mes pasado se patentaron nada menos que 92.945 autos 0 Km, 60,9% más que en enero de 2016.

Hace un año, en pleno recambio presidencial, desde el kirchnerismo hacia Cambiemos, enero de 2016 había sido el peor enero de la última década.

Tan baja había sido la venta el año pasado que el notable repunte de este año coloca al país en un nivel que todavía está 15% abajo de los mejores eneros del kirchnerismo: en esos meses del período 2011-2014, a pura liquidez sin límite, en el país se llegaron a vender 110.000 autos cada enero, 17.000 unidades más que las logradas el mes pasado.

Este importante repunte no está ligado a las recuperaciones tradicionales, con las clases medias bajas accediendo a sus autos de turismo con modelos económicos. Está muy ligado al respaldo que le dio el gobierno de Macri al campo: el Presidente eligió beneficial impositivamente a ese sector para que genere riqueza y en consecuencia el foco del repunte vendedor de autos fue más de pick ups que de autos de calle.

Y la mejora en las ventas no vino desde la clase media porque la inflación cayó de lleno en casi todos los modelos que están en venta en el país. En este momento sólo quedan dos modelos 0km con precios finales por debajo de los 200.000 pesos. El grueso de los autos más económicos que se ofrecen en el mercado está en una franja que va de $ 200.000 a $ 250.000 y considerando que los asalariados tienen ingresos del orden de los $ 12.000 por mes, un auto nuevo cuesta hoy casi veinte salarios completos de un trabajador argentino.

Ese tipo de demanda determinó que la participación por jurisdicción en la venta de autos nuevos variara, con disminución del 0,8% en el reparto conseguido por Capital Federal y Gran Buenos Aires, y aumento del 0,6% en las ventas logradas por el interior bonaerense, Córdoba y Santa Fe.

Sobre el 100% de la venta de autos nuevos, la provincia de Buenos Aires se quedó con el 32% de las colocaciones, la ciudad de Buenos Aires logró el 14,1%, Córdoba tuvo el 10,5%, Santa Fe el 8,6% y bastante más atrás aparece Mendoza con el 3,8% de los despachos de unidades nuevas.

La producción

La buena reacción vendedora de enero encendió la mitad de las máquinas que fabrican autos en Argentina. Debido a que siete de cada diez autos exportados se envían a Brasil, muchas de las terminales instaladas en el país continúan trabajando a media máquina: en Córdoba por ejemplo, la Renault acaba de decidir entrar en un receso (freno total de su producción) durante cuarenta días y Fiat está volviendo a la actividad después de las vacaciones, pero lo hace con su plan de suspensiones de personal todavía vigente, y con el temor del telegrama de despido amenazando a cientos de familias argentinas.

Pero el importante impulso vendedor de enero alcanzó para poner en marcha otras terminales, por lo que según la Asociación de Fabricantes de Autos (Adefa) en enero se produjeron 26.762 unidades argentinas, 50,5% más que en enero de 2016. El tamaño del repunte es muy importante, pero el sector todavía está muy lejos de los buenos años logrados por el kirchnerismo a puro fuelle de liquidez: para alcanzar la producción y el nivel de empleo logrados monetariamente entre 2011 y 2013, la fabricación tendría que crecer otro 40% por encima de lo anotado el mes pasado.

Justamente apuntando hacia ese objetivo, el Gobierno se reunió en los últimos días con una propuesta para que el sector duplique su producción en cuatro años: en una idea que para algunos es una estrategia para que no se venga una ola de despidos justamente en pleno año electoral.

El acuerdo buscado por el Poder Ejecutivo busca lograr, con un estilo muy parecido a lo que se hizo con el sector petrolero en Vaca Muerta, intenta lograr una concertación tendente a aumentar las inversiones, la producción y el empleo en una especie de plan quinquenal. El acuerdo no implicará necesariamente cambios en los convenios laborales, sino que moverá regulaciones, impuestos y mecanismos de financiamiento, apuntando a establecer objetivos y medidas que mejoren la competitividad y que ayuden a cumplir esas metas.

Acuerdo en el sector

La mesa de discusión fue organizada por el ministro de Producción, Francisco Cabrera, y su equipo de la Secretaría de Industria, comandada por Martín Etchegoyen y asistieron representantes de las once terminales automotrices, de la Asociación de Fabricantes de Automotores, de la Asociación de Fábricas Argentinas de Componentes (Afac) y de la Asociación de Industriales Metalúrgicos (Adimra). También hubo reuniones con dirigentes del gremio mecánico Smata y hay conversaciones con los metalúrgicos de la UOM.

Una de las bases del acuerdo busca integrar la industria automotriz argentina con el mundo: y en eso la exportación es absolutamente decisiva. En línea con eso, Adefa confirmó que buena parte de la reacción que tuvo el sector durante enero llegó desde la exportación: en enero se mandaron al exterior 9.754 vehículos, nada menos que 150,9% más que en enero de 2016. Y en este punto también debe decirse que el sector volvió de una situación, ya que durante enero del año pasado se había exportado la menor cantidad de autos de los últimos años.

En ese sentido, los números de Adefa confirman que probablemente la mejor noticia que mostró el sector durante enero fue la importante diversificación que se logró el mes pasado en cuanto al destino de las exportaciones. Tradicionalmente, la exportación total siempre estuvo muy concentrada en Brasil y algo en México. En 2012, sobre cada 100 autos exportados, 91,4 se mandaron a Brasil y 2,2 a México. En 2015 esa relación fue 76,3 a Brasil y 5 a México. Pero el mes pasado el destino fue más diversificado: sobre la exportación total el 63,3% fue enviado a Brasil, el 9,7% a Centroamérica, el 6,5% a Chile, el 4,6% a México, el 4% a Perú y el 3,7% a Colombia.

Ahora bien, conocido lo que sucedió en enero, ¿qué puede pasar de ahora en más? Obviamente, por la altura del año, todavía es muy prematuro para hablar sobre los resultados en venta, producción y exportación que se pueden llegar a lograr en 2017.

Según una ronda de consultas en distintas terminales, por ahora completamente off the record, en el sector empiezan a imaginar un aumento de venta de autos 0km del orden del 16% en todo este año, al pasar de los casi 710.000 autos vendidos el año pasado a unos 750.000 autos de este año. Si ese objetivo se cumpliera, 2017 terminaría siendo una especie de rebote que dejaría al sector aproximadamente un 17% por debajo de los buenos años que tuvo entre 2011 y 2013.

Según Adefa, las terminales y los importadores hicieron en enero un moderado aumento de los autos repartidos en la red de concesionarios, que es lo que se espera vender en los próximos tres meses: durante el mes pasado se repartieron 52.841 unidades, apenas 6,7% más que los vehículos repartidos en enero de 2016. Esta cantidad significa el mejor enero desde 2013.

De ese reparto que se realizó en las concesionarias, 34.592 vehículos fueron importados y 18.249 fueron nacionales. El reparto de importados realizado en enero fue 8,8% más alto que en enero de 2016, mientras que el reparto de nacionales fue 2,8% más alto que hace un año.

¿Es antojadizo que las terminales elijan repartir más importados que nacionales? La opción de autos traídos desde afuera se da porque los vehículos importados, incluyendo los fletes de traslados, tienen precios claramente más competitivos que en la Argentina, y el foco de esta cauda está orientada fundamentalmente a dos factores: la elevada presión impositiva y el fuerte retraso cambiario que está sufriendo el país.