Con miras a las elecciones de octubre, el Gobierno lanzará mañana un nuevo programa de control de precios, del que aún se desconoce su nombre, pero que funcionará de forma similar al actual acuerdo de Precios Cuidados, tras varias reuniones con empresarios y representantes del sector para congelar los precios de más de 40 productos de la canasta básica durante seis meses para llegar a las urnas con el freno sobre algunos precios.
En tanto, durante los últimos días, en la previa al anuncio del programa, en los supermercados se registraron remarcaciones de precios de varios productos de la canasta básica. Sin embargo, según aclararon desde el sector, los productos que tuvieron las subas, que según sus datos fueron de 8% en promedio, no se tratan de los mismos que integrarán el programa de precios del Gobierno, y aseguraron que estos incrementos ya estaban estipulados de antemano y habían sido enviados desde finales de marzo y recién se implementaron en los últimos días.
“No se está observando que haya un proceso de remarcación tipo colchón, sino que es la tendencia propia que venía siguiendo el sector de alimentos en los últimos meses", afirmó ayer en conferencia de prensa el ministro de Producción y Trabajo, Dante Sica, que junto al Gabinete prepara un paquete de medidas de aliento al consumo que "se están terminando de elaborar" y que buscarán “fortalecer el programa económico".
Sin embargo, diferentes analistas económicos advierten que el programa podría no cumplir con sus objetivos trazados y que tiene el riesgo de caer en el desabastecimiento. “Lo veo como un paliativo y no como una medida que pueda mejorar mucho la actividad”, dijo a El Economista Guido Lorenzo, economista jefe de LCG, que señaló que sobre los jubilados y los beneficiarios de la Asignación Universal por Hijo (AUH) sí podría tener un efecto positivo en el humor, pero que no cree que la medida logre mover el consumo.
Según Lorenzo, en lugar de congelar los precios, lo adecuado sería acordar la estipulación de subas mensuales de ciertos productos para que el resto de los artículos tienda a alinearse a esos valores. “Si lo mantienes ahí como una olla a presión, luego se dispara abruptamente”, señaló Lorenzo, que consideró como un error hablar del tema con tanta anticipación por el riesgo de la remarcación previa de precios. “Esto puede ser contraproducente”, apuntó.
“Es un plan de contención, y no de solución”, afirmó a El Economista Damián Di Pace, director de la consultora Focus Market, que señaló que la medida “es una jugada muy fuerte por parte del Gobierno” al aplicarlo durante la campaña electoral, “porque viene de frustraciones en otros programas, y si en este fracasa se lo va a cobrar la oposición”. Para Di Pace, “no están dadas las condiciones” para esta implementación, porque antes de tomar decisiones micro es fundamental generar un diálogo para definir la evolución de la macro.
“Me parece que debería ser un acuerdo semestral con revisiones bimestrales. ¿Quién garantiza en la Argentina que hoy empiece un programa y seis meses después se mantenga igual?”, opinó Di Pace, argumentando que si la inflación sigue en alza y si el tipo de cambio pega un salto importante, sería muy difícil de mantener el acuerdo y que ante este escenario lo que sucedería sería que el supermercadista ordene parar la distribución, lo cual generaría desabastecimiento.
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La palabra de Jesús Rodríguez
"Estoy convencido de que la mayoría del radicalismo cree en la necesidad de evitar una regresión populista y la manera de evitarlo es consolidar la coalición Cambiemos", enfatizó ayer Jesús Rodríguez en diálogo con La Nación. A su vez, dijo que las reuniones entre la UCR y el Gobierno “fueron muy productivas y todos quedaron muy satisfechos con las conclusiones obtenidas”. ¿Qué propusieron los radicales? “Los ejes fueron tres. Generar una mayor competencia en los mercados con la normativa vigente, esto es, la Ley de Defensa de la Competencia y las normas de lealtad comercial. Segundo, atender la situación de los sectores que más han sido afectados por la retracción de la actividad económica. Y tercero, generar las condiciones propicias para un horizonte con un mayor nivel de actividad económica”, agregó y sumó un cuarto ítem que podrían entrar a los anuncios de mañana: las tarifas. Hay que “definir una política de tarifas que atienda la necesidad de aumentar la producción, como se está logrando”, admitió, pero “que, al mismo tiempo, el impacto sobre el consumidor sea estacionalizado en el tiempo y que no esté concentrado en los meses de mayor consumo”.
