Este martes arrancan las semifinales de la Copa América de Estados Unidos 2024. Argentina y Canadá se enfrentarán en el MetLife Stadium con la ilusión de meterse en la final del 14 de julio en Miami. El elenco comandado por Jesse Marsch llegó a esta instancia tras eliminar a Venezuela por penales. En el tiempo regular empató 1-1 y el gol lo hizo Jacob Shaffelburg, el jugador sensación del equipo de la Concacaf y que tiene una particular historia de vida relacionada al atletismo.
Shaffelburg, de 24 años, se convirtió en un jugador fundamental en Canadá tras arrancar el torneo en el banco de los suplentes. Marsch vio cómo complicó por la banda izquierda a la Selección Argentina y a Perú, y terminó por convencerse de que debía ponerlo de titular en lugar de Liam Millar, sobre todo por una tremenda asistencia para Jonathan David que ayudó a marcar el primer gol del seleccionado en una Copa América.
El delantero fue clave en el pase a semifinales de su selección contra el equipo dirigido por el argentino Fernando "Bocha" Batista. Se movió por todo el centro del ataque, y a pura velocidad y desequilibrio, no lo pudieron encontrar. Ahora se cruzará con Argentina por un lugar en la final.
Shaffelburg juega en el Nashville SC de la MLS de los Estados Unidos y le metió un doblete al Inter Miami de Lionel Messi en la Concacaf Champions Cup. Es rápido, escurridizo, zurdo y se desempaña sobre el extremo izquierdo. Con 181 centímetros de altura y una valoración de 3,5 millones de euros según el sitio especializado Transfermarkt, es uno de los jugadores que Argentina debe tener cuidado.
El futbolista carga con el pesado apodo de "Messi Marítimo". Esto se debe a su velocidad y explosividad con la pelota que lo ponen como una gran joya canadiense, además de nacer en Port Williams, un pequeño pueblo pesquero de poco más de 1.000 habitantes en Nueva Escocia y forma parte de la Provincias Marítimas de Canadá.
Una particularidad del Shaffelburg es que fue campeón de atletismo en su pueblo. Sin embargo, finalmente se decidió por la pelota gracias a su entrenador de fútbol en Nueva Escocia, Mike Hudson, que lo ayudó a sus 15 años a que pudiera irse a Estados Unidos para crecer en el mundo de este deporte ante un futuro poco prometedor en su provincia.
