La estadounidense Simone Biles volvió a los escenarios olímpicos y brilló en el Bercy Arena. Su regreso triunfal se llevó todas las miradas no solo por uno de sus saltos extraordinarios, sino también por llevar puesto un maillot de diseño exclusivo, adornado con 10.000 cristales y perlas de Swarovski.
En un estadio colmado, su prenda, que fue confeccionada especialmente para el equipo estadounidense de gimnasia artística femenina en los Juegos Olímpicos de París 2024, hacía imposible perderla de vista. Biles iluminó la sede de gimnasia con un maillot con una infinidad de puntos brillantes y decorado con estrellas que rinden homenaje a la bandera de su país.
La indumentaria tiene un valor estimado de US$ 3.000 y el diseño, concebido como un tributo a la ciudad anfitriona de la edición 33° de los Juegos, fue replicado en ocho ejemplares para cada una de las cinco gimnastas del equipo de gimnasia femenino de Estados Unidos -Jade Carey, Sunisa Lee, Jordan Chiles y Hezly Rivera-, lo que representa una inversión total de US$ 120.000.
La dueña de 30 títulos mundiales de gimnasia artística (23 oros, 4 platas y 3 bronces) y siete medallas en los Juegos Olímpicos (4 oros, 1 plata y 2 bronces) regresó al escenario tres años después de sufrir en Tokio 2020 una crisis que la llevó a abandonar la competición y a alejarse de los gimnasios durante dos años.
Biles busca su revancha en Paris 2024 y anhela levantar una medalla dorada en sus terceros olímpicos. La considerada mejor gimnasta de todos los tiempos, quien aseguró su participación en el concurso completo tras ejecutar de manera impecable su movimiento distintivo, el Biles II, irradió confianza y serenidad en el Bercy Arena. Su aplomo y su expresión jubilosa reflejaron su fortaleza mental y determinación tras los desafíos enfrentados en los Juegos de Tokio 2020 por problemas de salud mental.
