El año pasado se logró concretar la vuelta a la presencialidad en las aulas. Esta medida tuvo un impacto muy importante en el desempeño de los chicos. Los resultados demostraron que, contra los 52.617 alumnos de nivel secundario que estaban en situación de potencial repitencia en diciembre del 2020, el 2021 culminó con solo 25.940. Es decir, se redujo a la mitad.
Por su parte, en cuanto a los alumnos del nivel primario, en 2020 fueron 8.215 los chicos que no habían alcanzado los contenidos mínimos. Sin embargo, en 2021 se logró bajar ese número a tan solo 4.650 -43% menos-.
En base a estas cifras, el Gobierno porteño hizo hincapié en la importancia de la presencialidad en las escuelas. Además, destacó la revinculación de 98% de los estudiantes que habían dejado de asistir a clases, gracias al programa “Decí Presente”, que se desarrolló todo el año pasado.
Asimismo, quedó demostrado que los colegios no son focos de contagio sino que, por el contrario, el pico de casos se dio en un momento en el que estos establecimientos están cerrados por vacaciones.
Por eso, para continuar en esta línea, la Ciudad informó que las clases iniciarán el 21 de febrero para, así, cumplir con 192 días de presencialidad que representan doce días más de los que indica el calendario obligatorio.
Por otro lado, dispuso la obligatoriedad de la jornada extendida para los últimos grados de primaria y planean la puesta en marcha de un plan que transforme las horas libres en horas de aprendizaje.
Estrategias implementadas
Para lograr este impacto positivo en la educación, en 2021 el Gobierno de la Ciudad impulsó algunos proyectos que permitieron mejorar el rendimiento académico de los alumnos.
En primer lugar, pusieron a disposición los Centros de Acompañamiento a las Trayectorias Escolares (CATE) para que los estudiantes refuercen allí los contenidos estudiados, los sábados.
También, se habilitaron las escuelas de verano e invierno, que tienen lugar durante los recesos. En la edición 2022 hay 32.400 alumnos reforzando los contenidos.
Por otro lado, se decidió ofrecer a los alumnos una segunda instancia para rendir materias adeudadas. Así, se implementó el “segundo boletín”, donde se registra el avance de los chicos de secundaria.
Otra de las estrategias fue la entrega de más de 150.000 cuadernillos pedagógicos “Estudiar y Aprender” y 150.000 textos literarios impresos en las escuelas primarias.
Para llevar a cabo todo esto, el Gobierno destinó $2.500 millones al dictado de horas extra clases de apoyo, y otorgó becas por $21.600 a más de 48.000 estudiantes del secundario, para solventar recursos pedagógicos y de conectividad.
