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Semana clave para el juego de Massa y Lavagna

El Frente Renovador tendrá su congreso partidario el próximo jueves. Antes, volverá a reunirse con sus socios de AF. Consenso, sin margen luego de la Convención radical

27 mayo de 2019

Lo que suceda hoy en Parque Norte será seguido de cerca por el Gobierno, pero también por Roberto Lavagna y Consenso19, el espacio con el que pretende presentarse a las elecciones presidenciales. La más que probable ratificación de su permanencia en Cambiemos por parte de la Convención Nacional del radicalismo dejará al economista sin los aliados clave con los que pretendía contar. Y, más que probablemente, lo obligue a rever su desencuentro con Alternativa Federal, el espacio peronista no kirchnerista con el que viene negociando desde hace semanas, sin avances importantes. Sus socios potenciales pretenden una primaria abierta con varias precandidatos, posibilidad que Lavagna rechaza.

En tanto, Sergio Massa tendrá que empezar a delinear su posicionamiento en el tablero electoral, en la reunión de mañana con sus socios federales y el jueves 30, en el congreso del Frente Renovador. El arco de negociaciones abiertas del dirigente es amplio. Tiene contactos con referentes de Unidad Ciudadana, que pretenden incorporarlo al armado que llevará la fórmula Fernández-Fernández, con la posibilidad de que el tigrense pueda disputar un cargo ejecutivo en la provincia de Buenos Aires. Mientras permanece en Alternativa Federal. La semana pasada estuvo reunido en dos oportunidades con el cordobés Juan Schiaretti y el salteño Juan Manuel Urtubey. El primero se ofrece como armador del espacio; el segundo aparece como su rival si Lavagna finalmente decide no “jugar” dentro de Alternativa Federal.

No obstante, las especulaciones respecto de las decisiones que finalmente tomarán Lavagna y Massa persisten y se entrelazan en tanto disputan un mismo elector potencial y, a su vez, dirigentes que podrían estar en uno u otro espacio. La decisión de la UCR seguramente será un golpe duro para el economista, que mantenía contactos periódicos con Ricardo Alfonsín y pretendía llevarse a un sector del radicalismo.

El apoyo del Partido Socialista (sobre todo, si pierde la gobernación de Santa Fe el 16 de junio) y el GEN de Margarita Stolbizer son apoyos escasos para pelear las presidenciales. Por lo menos, en los términos en los que pretendía hacerlo. El economista esperó con ilusión el día después de las elecciones a gobernador en Córdoba, aguardando un apoyo decidido de Juan Schiaretti, triunfador por amplio margen. Ese apoyo nunca llegó. En cambio, volvió a exigirle que acepte las reglas de juego y acepte dirimir las diferencias en el espacio opositor no kirchnerista a través de las PASO. Y, además, el gobernador se mostró con el presidente Mauricio Macri, en un encuentro que dejó espacio para muchas suspicacias y que molestó a Lavagna, que pretende darle a su candidatura una impronta más opositora.

Con los gobernadores cerca del armado de Unidad Ciudadana, las posibilidades contar con un presencia territorial extendida se desvanecen. Y eso también pesa en el ánimo y en los debates de los federales. Lo mismo que puede pesar en Lavagna la decisión de la UCR.

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